Cada operador monitorea hasta 40 cámaras de un mismo sector ya sea del norte, centro o sur de Guayaquil. Las herramientas tecnológicas del sistema de videovigilancia facilitan ese trabajo. Por ejemplo, permiten retroceder o adelantar las imágenes captadas, hacerles un acercamiento y demás maniobras.

Si el seguimiento del evento (asalto, accidente de tránsito, incendio, entre otros) sale del campo de visualización de los dispositivos a su cargo, el operador coordina la videovigilancia con su compañero que tenga el sector más próximo.

Por lo general, ambos se sientan juntos en la sala operativa de la Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil (CSCG), ubicada en la ciudadela Martha de Roldós, norte del Puerto Principal.

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La entidad dispone de 1.100 cámaras que abarcan el 60% de la ciudad: en el norte está el 50% de los dispositivos; en el centro, el 30%, y en el sur, el 20% de los equipos de vigilancia, explica Christian Chérrez, coordinador general de la CSCG.

Y aunque no precisa en qué porcentaje, pues eso depende de una coordinación conjunta, el funcionario menciona que cuando se enlacen las 600 cámaras del ECU911 la ampliación de la cobertura será importante y significativa.

Esto, en el marco del Acuerdo Nacional por la Seguridad y el convenio interinstitucional entre el Municipio porteño y el Gobierno Nacional, suscrito el jueves pasado.

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La Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil tiene cuatro turnos de videovigilancia y en cada uno (de seis horas) hay 20 operadores, dos coordinadores y dos jefes de sala. A ese personal se suman delegados de la Policía Nacional y Metropolitana, Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) y Cuerpo de Bomberos local.

Chérrez refiere que cuando uno de los operadores detecta una situación sospechosa, le indica a uno de los coordinadores para que este se sume al seguimiento en la videovigilancia.

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Según amerite el caso, el coordinador notifica al delegado de la institución competente (según el evento) y este a su vez se pone en contacto con el personal que está en la calle y coordinan acciones de prevención en el sitio.

Si se trata de una situación de robo, por ejemplo, la policía puede pedir al sospechoso la documentación de él y de su carro, si se moviliza en alguno.

Cuando se trata de un hecho en concreto, el operador notifica directamente al delegado de la entidad pertinente y este se comunica con el personal que esté en el sitio.

Así funciona el sistema que próximamente se unificará con el del ECU911 para la videovigilancia de la ciudad. 

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Equipamiento

La sala de videovigilancia de la Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil (CSCG) tiene 55 monitores de igual número de pulgadas y 22 pequeños. La capacidad de las cámaras instaladas en la ciudad es de alrededor de mil metros.El convenio para la unificación de los sistemas de videovigilancia señala que se nombrará un coordinador, el que tendría su base de operaciones en la Corporación. Ese y otros detalles se analizarán la semana entrante. (I)