Fanny Rivas dibujaba sobre una tela el contorno de una pieza para diseñar un vestido. Les daba indicaciones a sus alumnas, quienes atendían cada detalle que ella impartía.

Rivas es profesora de corte y confección en el Centro de Promoción de la Fundación Sánchez Aguilar. Allí se ofrecen cursos de oficios productivos destinados, en su mayoría, para las mujeres.

Este proyecto cumplirá en junio próximo 19 años. Según María Cecilia Sánchez, directora de la fundación, estos cursos se aperturaron con el propósito de que los ciudadanos aprendan oficios que les puedan servir en su cotidiano vivir o para emprender un negocio.

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“Cuando recién comenzamos dábamos clases de cómo manejar una computadora, clases de inglés”, rememoró Sánchez.

Las clases se realizan de lunes a sábado en un edificio ubicado en las calles 9 de Octubre y José Mascote, en el centro.

Al lugar acuden diariamente decenas de personas ávidas por adquirir conocimientos en panadería y pastelería, corte y confección, enfermería, masaje fisioterapéutico, maquillaje y peluquería.

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En el cuarto piso de la edificación se imparten las clases en diferentes salones adecuados para cada oficio.

Ana María Palacios recibe clases de corte y confección desde hace casi dos meses. Ella se inscribió en el primer módulo tras recibir recomendaciones por parte de una amiga que aprendió pastelería allí.

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“Yo siempre quise aprender corte y confección, se dio el momento. El horario, los costos y la ubicación es muy buena. Me entusiasmó mucho eso”, expresó Palacios.

Junto con ella, otras siete compañeras realizaban cortes para confeccionar vestidos, shorts y camisetas. Algunas bordaban en máquinas de coser, ante la atenta mirada de la profesora Rivas, quien imparte sus conocimientos en la rama desde el 2008.

“En el primer módulo enseño (a confeccionar) blusas, faldas, pantalón, vestido y camisa de hombre. En el segundo nivel enseñamos chaquetas, pantalones y vestidos sobre figuritas. Siempre les aconsejo que aprendan para que ellas puedan trabajar, hacer un pequeño negocio”, dijo Rivas.

En un salón contiguo, Luz María Morales instruía a dos alumnas sobre tratamientos capilares. Ella enseña peluquería desde hace 15 años en el centro de formación de la fundación.

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“Yo les digo a mis alumnas que aprovechen los cursos, que no tengan miedo a la hora de practicar”, expresó Morales.

La fundación tiene convenios con instituciones como el hospital San Francisco, las clínicas Guayaquil o Alcívar para que quienes siguen el curso de auxiliar de enfermería (seis meses de duración) puedan realizar las prácticas allí.

En el Centro de Promoción también se ofrecen cursos de danza clásica y de guitarra durante los periodos de vacaciones escolares. (I)