En la unidad educativa Provincia de Tungurahua, situada en Sauces 2, el proceso de votación se paralizaba entre 8 y 10 minutos para dar prioridad a ciudadanos con derecho al voto asistido. De ahí que la espera en la fila para votantes alcanzó una hora en ciertos casos.

Entre las 10:30 y 10:50, seis sufragantes solicitaron asistencia: cuatro que llegaron en silla de ruedas, un adulto mayor que se apoyaba con muletas y una mujer que dijo que no podía subir las escaleras. Además, adultos mayores cuyo voto es optativo esperaron en la puerta del plantel por la llegada de un delegado con el kit electoral.

Y que se eligieran a siete integrantes del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) incidió también en los tiempos de sufragio. Muchos electores no esperaban tres papeletas con candidatos para ese Consejo ni que en una consten postulantes a ser el representante de pueblos indígenas y de emigrantes. Estos ciudadanos tomaron al menos tres minutos en consignar su voto.

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En la unidad educativa Guayaquil, en Gómez Rendón y Machala, el recinto electoral que recibiría más sufragantes en la circunscripción 3, con un registro de 16.100 ciudadanos, las puertas se abrieron a las 07:07, pero quienes madrugaron ejercieron su derecho a partir de las 07:30 por demoras en la conformación de mesas.

En el colegio había 46 juntas y cerca de las 09:00 había filas, ya que incluso ciertos votantes se tomaron cuatro minutos para rayar seis papeletas, considerando las de alcalde, prefecto y concejales.

Algunos ciudadanos consultaban en las filas cuántos nombres debían marcar respecto a los postulantes al CPCCS, varios se quejaron de que no hubo suficiente propaganda. Estos aspirantes difundieron sus propuestas en spots programados por el Consejo Nacional Electoral (CNE).

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Otros llevaron nombres escritos “para no perder tiempo”. En el caso de Mariela Contreras y Soledad Cuesta, ellas revisaron datos en sus teléfonos.

Al colegio Guayaquil, cercano a un hospital de niños, llegaron papás a pedir certificados de presentación, ya que por el estado de sus hijos no podían, dijeron, alejarse de ellos. (I)