Entre los moradores de la cooperativa San Ignacio de Loyola, en la Nueva Prosperina, hay preocupación, pues la estación invernal revela cada año el riesgo en el que viven decenas de familias del sector que surgió como un asentamiento irregular.

La madrugada del pasado martes, la casa de caña de Sixta Cortez cedió y quedó inclinada hacia atrás. Desde entonces, la situación permanece igual.

Ella es abuela de dos niños con discapacidad que permanecen acogidos en casas de vecinos.

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Las pocas pertenencias que rescató también están encargadas donde vecinos, cuyas casas también son de caña y están asentadas en pendientes.

Moradores que viven en la parte baja de la casa que cedió pidieron ayuda de las autoridades, pues en cualquier momento se puede desplomar y afectar a sus viviendas.

Personal municipal ha entregado ayuda humanitaria a la familia damnificada. Ellos piden ser reubicados. (I)