Los ramos que habían sido llevados durante este mes por feligreses a la Catedral de Guayaquil se convertían este martes en cenizas, la cual era almacenada en varias fundas por Abel Bermúdez, quien labora en esta céntrica iglesia.

Hoy, lunes, el polvo se mezcla con agua bendita y luego esta ceniza es bendecida por el sacerdote antes de su imposición a los feligreses, en cada eucaristía celebrada en la jornada.

Es Miércoles de Ceniza y a las misas por este día se prevé que acudan entre 8 y 10.000 personas solo en la Catedral, donde cuatro sacerdotes y varios seminaristas están encargados de trazar una cruz en la frente de los creyentes.

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Los horarios de las eucaristías en la Catedral son los mismos del domingo. Empieza desde las 07:00 hasta las 13:00 y de ahí desde las 17:00 hasta las 19:00.

El sacerdote Carlos Mera explicó que no solo se trata de recibir la ceniza como bendición. “Es el inicio de la Cuaresma, son los cuarenta días que tenemos para prepararnos como feligreses para recibir bien la Semana Santa”, sostuvo.

Él mencionó que el uso de los ramos del año pasado resulta una bonita contradicción para elaborar la ceniza, pues nos recuerda que polvo somos y en eso nos convertiremos.

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“El Domingo de Ramos es el día de la entrada triunfal del Señor en Jerusalén, así que por un lado es un signo de victoria pero luego el ramo se guarda y se incinera. Así vemos la gloria de Dios y reconocemos nuestra fragilidad”, dijo Mera.

El religioso destacó que las misas de las 12:00 y 13:00 suelen ser las más concurridas, pues muchos oficinistas acuden a la Catedral durante la hora de almuerzo.

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Pero no solo acuden por recibir la cruz de ceniza en la frente. Mera señaló que hoy los confesionarios estarán llenos y que se trata de una jornada de arrepentimiento.

Muchos quieren iniciar la Cuaresma con ese signo de arrepentimiento en la cabeza.

Por eso habrá cuatro sacerdotes en la Catedral durante la jornada. Tres estarán en los confesionarios, mientras otro sacerdote celebra la misa.

Hoy los ayudarán los seminaristas (aspirantes a sacerdotes) en la imposición de la ceniza. Ellos pueden recibir ese encargo del sacerdote que dirige la eucaristía, explicó Mera, quien invitó a los que durante años no se han animado a hacer uso del sacramento de la confesión.(I)

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Es una hermosa contradicción, por un lado el ramo es un signo de victoria pero luego se guarda y se incinera. Así vemos la gloria de Dios y reconocemos nuestra fragilidad”, Padre Carlos Mera