Al perdonar, el amor divino fluye por medio de mí, sanando todo dolor y resentimiento.

Perdonar

Puede que crea que tengo derecho de no perdonar; sin embargo, si elijo hacerlo, solo me hago daño a mí mismo. La censura me separa del fluir constante del amor divino. Perdonar no significa tolerar las acciones que me han causado dolor. Por el contrario, elijo sanar en vez de sentir dolor, libertad en vez de resentimiento. El perdón comienza cuando mi voluntad de perdonar restaura mi conciencia del fluir del amor divino. Recuerdo que soy amor divino en expresión y tomo la decisión consciente de ser una presencia edificante para todo el mundo y en toda situación en mi vida. Al perdonar, el amor divino fluye por medio de mí, sanando todo dolor y resentimiento.

Publicidad

Jeremías 31:34

Desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán. Y yo perdonaré su maldad, y no volveré a acordarme de su pecado. (F)