Hacer ejercicios en el agua tiene más ventaja que en un gimnasio, por la libertad que existe en hacer movimientos, porque disminuye el peso corporal en el agua y reduce el riesgo de lesiones por el poco impacto.

Así lo asegura Edson Saldarriaga, profesor de natación del club deportivo Diana Quintana. “Es importante tener una buena respiración cada vez que se descansa para que se recupere más rápido el organismo. Inhalas por la nariz y exhalas por la boca de forma profunda, sintiendo que el pecho y costillas se expanden y contraen”, recomienda Edson.

Entre los beneficios está que puedes quemar de 200 a 300 calorías por sesión. Entrenar en una piscina con algunos implementos es una opción fácil, rápida y saludable.

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Esta rutina se hace en 20 minutos. Dedicas cinco minutos para calentamiento, haces series de 30 segundos y descansas 15 segundos por cada repetición.

Este entrenamiento es cero impacto, lo que significa que puedes ejercitarte sin poner en peligro ni forzar las articulaciones, además de que te ayuda a evitar lesiones.

Uno de los ejercicios es el lazo de agua, que se hace con un tubo flotador, que es un elemento de espuma que se usa en natación. Trabaja músculos como dorsal largo, bíceps, tríceps y redondo menor. El más sencillo de todos es el trote acuático, que también se hace con un tubo flotador que lo pones alrededor de la cintura para que tengas equilibrio y estabilidad mientras te mueves en el agua.

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El instructor indica que cuando se hace el ejercicio piernas al pecho es muy importante que no tengas lesiones lumbares, ya que en ese caso la fuerza que se hace cuando empujas las piernas puede causar más complicaciones.

Si quieres realizar este trabajo en el agua no necesitas saber nadar. El entrenamiento acuático se puede practicar en disciplinas deportivas de tendencia como aqua fitness o aquagym. (D)