Su caso se hizo público el jueves 17 de enero cuando su historia salió en esta página de diario EL UNIVERSO. Hortencia María Arreaga Suárez, de 105 años, oriunda de General Vernaza, parroquia del cantón Salitre, en Guayas, esperaba una silla de ruedas para que su familia pudiera movilizarla.

Sus parientes habían colocado, desde hacía meses, una blusa blanca en un árbol de mango como distintivo para que una de las misiones del Gobierno Central, como la Manuela Espejo, llegase al hogar y pudiera ayudarla con la silla de ruedas que tanto le hacía falta, pues ya no podía caminar y a su familia se le dificultaba moverla hasta para ir al baño.

Hace más de seis años, a Hortencia y a su hija Luisa Mora, de 70 años, les quitaron el bono de desarrollo humano. No sabían las razones, afirmó Mora el 16 de enero cuando este Diario visitó su hogar. Ella y su hermana, Narcisa, que vive en Guayaquil, tienen a cargo el cuidado de la centenaria mujer, quien en esos días había recaído en su salud.

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Luego de conocerse su historia, entidades privadas y públicas se hicieron presentes.

Carros y personal del Ministerio de Salud (MSP), Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), de la brigada Las Manuelas y del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) llegaron a Salitre. La atendieron, se tomaron fotos y grabaron la visita.

A sus 105 años, Hortencia recibió su carné de discapacidad, sillas de ruedas y otros implementos. Entre viernes 18 y sábado 19 fueron los funcionarios públicos, confirmó la familia. Su historia y la llegada de Las Manuelas también se transmitieron en el informe presidencial, la noche del lunes 21.

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Andrés Miño, nieto de Hortencia, dijo que de las ofertas del sector público el Ministerio de Salud se comprometió a darle atención cada 15 días o una vez al mes en el domicilio; Las Manuelas le dieron una silla de ruedas, hablaron de un bono de $ 100 y de darle seguimiento al caso; el MIES iba también a darle el bono a Luisa, de 70 años, hija de Hortencia y donde vive la centenaria mujer tras enviudar hace 14 años.

Y el Miduvi se había comprometido a ayudarle en el mejoramiento de la casa, indicó.

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Representantes de la Secretaría Técnica del Plan Toda Una Vida, que se contactaron con este Diario el viernes 18, indicaron que Las Manuelas coordinaron con el MSP un primer análisis médico, tras el cual supieron que Hortencia tenía un 52% de discapacidad física. Por ello, entregaron una silla de ruedas, silla de baño, pañales, cojín antiescaras y el carné de discapacidad.

Con el Miduvi coordinaron para el mejoramiento de la vivienda y con el MIES la recalificación para la inclusión con el bono Mis Mejores Años.

Se indicó que Las Manuelas han visitado a más de 400.000 personas con discapacidad y que la bandera blanca sigue siendo el distintivo para que la misión llegue a un hogar. 

Las primeras ayudas llegaron de entes privados

Las primeras ofertas y ayudas que recibió Hortencia Arreaga, de 105 años, tras publicarse su caso, fueron de entes privados. La Junta de Beneficencia de Guayaquil fue la primera en brindar su apoyo. Una silla de ruedas y una silla letrina fueron los implementos que dio esta institución local a la centenaria mujer, quien el jueves 17 y la mañana del viernes 18 estuvo en Guayaquil, en casa de su hija Narcisa, quien también se encarga de su cuidado.

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El Club Rotario de La Puntilla también llamó a la familia de Hortencia para entregarle una silla de ruedas.

Almacenes Tía ofreció una orden de compras por $ 500 y un colchón, tras conocer que Hortencia ya había recibido una silla de ruedas. (I)