Martín Armas vive en Mucho Lote 1, en el norte. Todas las mañanas barre el portal de su hogar. Procura esperar los horarios en que pasa el recolector para sacar las fundas de basura de su vivienda hacia un poste en la calle principal.

Aunque trata de mantener aseada el área donde reside, su malestar, dijo enfático, son los recicladores. Contó que cuando sus vecinos sacan la basura algunas horas antes de que pase el carro recolector, ellos se acercan para abrir las fundas y recoger botellas plásticas, cartones o utensilios eléctricos en mal estado.

“Abren las fundas, no les importa dejar sucio, las destruyen, y cuando el carro de Puerto Limpio viene a llevarse la basura, eso queda lleno de desperdicios regados por toda la vereda”, sostuvo Armas.

Publicidad

Jacinta Quiroz comía un pan en el exterior de su casa en las calles 15 y Brasil, en el suburbio. Comentó que en esa zona el carro recolector de basura pasa diariamente dos veces, en la mañana y en la noche.

A pesar de ello, recrimina el accionar de los recicladores, o como ella dice, “chamberos”.

“Vienen de esquina en esquina escarbando en las fundas. Dejan todo sucio, uno les llama la atención, pero ellos no entienden. Una vez un hachero hasta me insultó cuando le reclamé. No hay quien controle esto, se ve día a día, y no solo pasa en este sector”, manifestó la señora.

Publicidad

Los reclamos por el accionar de los recicladores se replican en la mayoría de barrios guayaquileños. El lamento se genera por la suciedad que causan cuando revisan fundas para conseguir materiales que luego venden a recicladoras.

Marisol Cárdenas sale diariamente en su triciclo junto a su conviviente, Claudio Lozano, a recorrer las calles del sur, buscando materiales como botellas de plástico o cartones.

Publicidad

Son recicladores. Dicen que ya están acostumbrados a la actividad, a la que se dedican desde hace cuatro años.

No les incomoda recoger fundas que puedan tener un sinnúmero de desperdicios, pues tienen que “conseguir de donde sea” para poder ganar dinero y así sustentar a diario a sus tres hijos.

“A veces salen 10 kilos porque no hay mucho, recorremos desde las 18:00 hasta la 01:00, nosotros vivimos en la isla Trinitaria. En el día a veces se hace 5, 6, 7 dólares. A veces hasta 3 dólares porque no hay mucho material”, expresó Cárdenas, mientras sostenía dos botellas de plástico.

Todo el material que recogen a lo largo de las casi siete horas de trabajo es vendido a recicladoras cercanas al lugar donde viven. “En un día buenísimo hacemos 12, 13 dólares. Todos los días por lo menos alcanza para la comida”, sostuvo Cárdenas.

Publicidad

David Ascencio es otro reciclador. Aunque vive en la cooperativa Voluntad de Dios, en el noroeste, realiza su recorrido por zonas del sur.

Por su labor diaria conoce negocios como papelerías, donde consigue materiales, además de revisar cada esquina para encontrar otros.

Explicó que su promedio de ganancia diario es de 8 dólares, de los cuales 2 son destinados para el pago del alquiler del triciclo en el que se moviliza.

En las calles Guaranda y San Martín, en el sur, hay varias recicladoras. Una de ellas es administrada por Pedro Vélez.

Él indicó que hasta allí llegan diariamente hasta 40 recicladores para vender sus materiales de acuerdo con el peso.

“Traen chatarra, cartón, papel en general, con ese material nosotros lo almacenamos y en el transcurso del día lo vamos enviando a las bodegas grandes. En un día normal se hacen promedio 800 kilos de cartón. Eso sirve para la materia prima que sale de las cajas”, dijo Vélez.

Manifestó que por kilo, dependiendo del material, cancela una tarifa de entre 40 y 50 centavos. 

Sectores

En zonas como la vía Perimetral, a la altura de la isla Trinitaria, es común ver decenas de recicladores apostados sobre los parterres escarbando en la basura. Moradores señalaron que esa es la razón principal por la que se observa suciedad.

Kilos

Recicladores indicaron que entre 23 y 25 botellas plásticas forman un kilo. (I)

Testimonios

Hugo López

Morador Isla Trinitaria suroeste de Guayaquil

“Los chamberos toda funda de basura que cogen la desbaratan, la botan y la riegan toda. Si por lo menos dejaran la funda como estaba, no pasara nada; pero el problema es con esa calidad de personas (hacheros) que buscan para su vicio, porque no creo que sea para su sustento diario. La basura molesta, aquí nos hemos metido en problemas por prevenir que no abran las fundas. Yo creo que debe haber personal del Municipio controlando, no solo con multas, que los recolectores dejen de romper las fundas y ensuciar las calles”.

Leila Chávez

Moradora Cooperativa Jaime Roldós sur de Guayaquil

“El problema de la basura regada no solo es de los chamberos, sino también porque hay familias que sueltan a sus mascotas para que salgan a hurgar en las fundas, son irresponsables. También hay perros callejeros que del hambre rompen las fundas, pero por eso la gente no debe sacar la basura a la hora que no corresponde. En los parterres centrales de este sector ahora vienen a botar la basura y los hacheros rompen todo, dejan todos los desperdicios regados, es un problema que hay que erradicar ya”.

Jorge Aspiazu

Comerciantes Esteros sur de Guayaquil

“Yo veía mal al comienzo que recogieran botellas, plásticos y cartón, pero ahora se han dedicado a otras cosas, han salido hacheros, las fundas las rompen, incluso hasta los saquillos los vacían, todo lo que está dentro de los cartones lo tiran, eso perjudica a todos; vienen perros, gatos a seguir dañando. Con las lluvias esa basura se chorrea por las veredas y es un desastre. El problema es que la basura la dejan junto a un parque y todo queda regado, hasta las canchas donde juegan niños, como se les ha llamado la atención vienen poco”.

Eugenio Ponce

Lavador de autos El Oro y Carchi sur de Guayaquil

"Lo que tienen que hacer es abrir las fundas, sacar la chatarra y volver a cerrarla. Pero no, ellos la destrozan y dejan los desperdicios a los lados. Eso se ve feo, a veces nosotros tenemos que estar barriendo todo lo sucio para que no afecte nuestro negocio. Eso afecta a los niños, cuando hace mucho sol apesta porque esa basura queda regada horas y horas hasta que llega el camión, a veces con las personas del barrio los retamos y sacamos a los hacheritos, siempre tratamos de tener limpio y barrer todos los días”.  (I)