La oferta de vestimentas coloridas con tonos amarillo y rojo desbordaba las estanterías de un local esquinero en Ayacucho y Chimborazo, en la Bahía de Guayaquil. Los compradores, algunos cargados de fundas, observaban y consultaban precios en medio del continuo voceo de ofertas.

Giorgi Sánchez y Rocío Andrade allí cotizaban varias indumentarias interiores amarillas que varían entre $ 3 y $ 5. Ellos la mañana del sábado esperaban completar la ropa con la que recibirían el nuevo año en su casa, en el sector de Los Vergeles.

Durante su recorrido, Sánchez compró un pantalón, zapatos y camiseta, mientras que su esposa, Rocío Andrade, consiguió un vestido, en todo gastaron $ 150. “Está mucho más barato que otros años y sin andar regateando”, dijo entusiasmado el comprador.

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La oferta de locales de la Bahía se multiplica en las últimas horas antes del fin de año. Una variedad de productos se multiplican con indumentaria, pirotecnia, artículos del hogar, incluso uvas y otras costumbres para recibir el 2019.

La concurrencia de compradores ha motivado que las aceras se copen y usuarios caminen por parte de la avenida Olmedo o las calles angostas como Ayacucho. El tráfico se vuelve complicado, tomando hasta más de veinte minutos cruzar la av. Olmedo desde Boyacá hasta la av. Eloy Alfaro.

Aunque los recorridos de policías metropolitanos se dan de manera continua en varias de estas aceras de la Bahía, vendedores informales también ofrecen todo tipo de artículos. Hay quienes gritan y muestran en maletas una variedad de relojes, adornos, ropa, y en sillas ofrecen depilación de cejas o colocación de pestañas por $ 1 y $ 4 para engalanarse antes del inicio del 2019.

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En una de esas aceras, en Ayacucho y Chile, Johnny Arévalo y Víctor Toro la mañana del sábado voceaban a sus compradores para que lleven ropa interior amarilla y camisas sin mangas por el calor de estos días.

“Ya no le prestes la prenda a la vecina, cómprate, cómprate”. “Llévale a la amiga secreta”, repitió Víctor la oferta de blusas amarillas a $ 3 y vestidos de variado tono a $ 10.

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Vicente Santillán y su esposa, Lourdes Mora, compraron interiores amarillos a $ 6. “Para la suerte”, dijeron.

Pese a la prohibición, algunos comerciantes informales ofrecen artículos de pirotecnia. En uno de esos puestos, Leticia Vera adquirió chispeadores y un paquete de globos de los deseos. “Los compro para que use mi hija (Valentina) ahora que pasaremos fin de año en Los Ríos”, dijo Vera, quien viajará a Ventanas para fin de año. (I)