La marea remecía las embarcaciones turísticas y fibras pesqueras acoderadas en el malecón de Posorja. Allí, Angélica Manzaba y seis familiares esperaban turno para recorrer en bote el perfil costero, divisar aves y delfines, en la ruta hacia la isla Puná.

“No son malos los que viven aquí, son los que vienen de afuera a querer hacer cosas malas”, comentó Manzaba, nativa del cantón El Empalme, pero residente hace 30 años de esta parroquia localizada a 110 kilómetros de Guayaquil y a 20 km de Playas.

Sus familiares llegaron de Durán y Guayaquil. Contrataron por primera vez ese tour que puede costar $ 30 por grupo. El movimiento era moderado en pleno feriado.

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Estas actividades turísticas y otras de comercio se han visto afectadas luego del linchamiento de tres personas que fueron confundidas como secuestradores de niños y que, según autoridades, realmente cometieron un robo.

El hecho suscitado el 16 de octubre tuvo como protagonistas a 2.500 personas que exigían la entrega de las tres personas detenidas en una unidad policial que luego fue apedreada, incendiada y saqueada.

Los días han transcurrido y aún hay miedo. Algunos prefieren no hablar. En el muelle del malecón, María Luz Cruz, guía turística de la Asociación Punaes, ofrecía los tours a los autos que llegaban a ese sitio.

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Ella contó que el movimiento en las dos últimas semanas tuvo pocos visitantes, pero por el feriado empezó a tener leves mejoras. “Ayer (viernes) salieron tres grupos de cinco a seis personas, hoy (sábado) ha mejorado, hemos llevado a diez grupos, unas 100 personas”, dijo antes de despachar un tour.

Es que el hecho dejó al pueblo “frío, aislado, conmovido”, indicó Melecio Morales, dueño de una picantería. Él consideró que aunque ha aumentado el contingente policial en el sector, la seguridad debe ser prioridad del Gobierno. Él sostuvo también que la gente es buena en Posorja y “la mala” viene de otras localidades.

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“Ha bajado un 30% (el comercio), ya no vienen mucho, los que llegaban a (playa) Varadero venían por acá también”, estimó Gladys Ruiz, quien como Morales ofrece comida cerca de la unidad policial.

Quince minutos antes de Posorja se ubican las playas del Delfín y Varadero, en Data de Posorja. Allí, en cambio, el movimiento era distinto. A Varadero el viernes llegaron 3.500 visitantes, cifra alta, según Julio Chalén, dueño de un local de cocteles y coordinador de Gestión de Riesgos de esa playa que desplegó 60 personas de entes estatales para la seguridad.

Aunque había dudas del movimiento turístico por lo ocurrido en Posorja, Richard Cruz, de otro local de Varadero, dijo que las ventas fueron altas. Despachó 150 platos en tres días.

Sin embargo, Guido Villacís, quien alquila parasoles en El Delfín, vio muy bajas las visitas. “Estamos por la mitad de lo normal, antes venía bastante gente, de Posorja no han venido”, mencionó. 

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Acciones

Desde el linchamiento, la Policía Nacional ha aumentado el contingente de uniformados en la población. Además se detuvo a ocho personas por el hecho.

Rumores

La Policía y autoridades del Ministerio del Interior han pedido no dejarse llevar por rumores publicados en redes sociales y seguir atentos a la información generada a través de canales oficiales.

detenidos

Es la cifra de aprehendidos que la Fiscalía procesó por el presunto delito de asesinato, entre otros. (I)