El desembarque de pasajeros cargados de maletas era continuo en los andenes de llegada de la Terminal Terrestre. Entre tantos, Miguel Córdova con su esposa Celia y una de sus hijas se descubrieron con un tono bronceado tras bajarse de un bus de Libertad Peninsular que los trajo a la ciudad desde Salinas (Santa Elena).

Allá, la familia quiteña disfrutó del clima soleado y de la variedad de mariscos. Ellos fueron parte de los viajeros que retornaron a la ciudad tras el feriado por el Día de los Difuntos y las fiestas por la Independencia de Cuenca.

Ellos particularmente aprovecharían ayer para pasear por Guayaquil y regresar a la capital. “Muy bien pasamos. Ahora queremos ir por el parque de las iguanas, malecón, antes de volver en la tarde”, dijo Córdova, quien hoy retomaría sus actividades laborales en una plantación de flores.

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Aunque el regreso de viajeros se evidenció desde la noche del sábado en la vía Santa Elena-Guayaquil, ayer los andenes de llegada de la terminal lucían con buses procedentes de Santa Elena, Manabí y Azuay, y cantones de Guayas.

Carlos Calderón llegó desde San Clemente (Manabí) e hizo una pausa en la ciudad para preparar su periplo de estudios en Brasil. “Pasé muy bien en la playa, ahora hago otro viaje”.

La salida de viajeros fue menor en la terminal matriz, que evalúa medidas para mejorar la seguridad de los viajeros.

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Eduardo Salgado, gerente de la Fundación Terminal Terrestre, dijo dias atrás que además de 100 guardias privados que ya brindan apoyo, en el primer trimestre del próximo año se implementarán lectores de cédulas de identidad con alta transaccionalidad, para que las cooperativas registren a pasajeros en una base de datos que se conectará con la Policía.

Además, se controlará en el preembarque con detectores de metales y se estudia la modernización del sistema de circuito de cámaras de seguridad de la terminal que moviliza 65.000 viajeros al día. Hoy tiene 95 cámaras y sumará 30 que tendrán reconocimiento facial.(I)