Elías Miguitama quería ser agrónomo, pero no consiguió entrar a la universidad.  Ahora sus  planes cambiaron, quiere ser cocinero profesional. Él es uno de los 71 estudiantes que participaron en el programa Hacia el empleo,  de la Fundación Children International, que cuenta con el apoyo técnico de La Escuela de los Chefs.

Elías, de 23 años, y sus compañeros, participaron el  viernes 26 de octubre en la feria de clausura de Hacia el empleo, que se realizó en las instalaciones de La Escuela de los Chefs, en la Nueva Kennedy.

Ahí los jóvenes pusieron en práctica  lo que aprendieron desde junio pasado. Los de cocina prepararon un bufé con pollo, cerdo, arroz blanco, tortillas de papa, vegetales salteados,  canelones de espinaca y ricotta. Los de pastelería  hicieron panes brioche, focaccia, baguete con tomate deshidratado y baguete con aceituna negra.

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En tanto que los pocilleros, steward (auxiliares de cocina), meseros y camareros dieron apoyo y atención a autoridades de Children International, docentes de La Escuela de los Chefs e invitados especiales a la feria.

Elías se sintió orgulloso del trabajo realizado y  feliz de que gracias a Children ahora tiene un oficio que le permitirá trabajar y reunir para ir a la universidad y estudiar cocina.

También señaló que planes como estos alejan a los chicos de las calles y  los vicios, de perder el tiempo. “Ahora, en lugar de ver videos y otras cosas sin interés en internet me pongo a buscar información sobre cocina del país o internacional para aprender más”, señaló con entusiasmo.

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Denise Villacís, directora de Children International, señaló que Hacia el empleo se  ejecuta desde 2013 en Guayaquil y se ha capacitado a alrededor de unos 500 jóvenes y ya llevan cuatro promociones.

Hacia el empleo es parte del plan Turismo de la fundación. La Escuela de los Chefs es el socio estratégico y en sus instalaciones los  jóvenes se capacitan en  cocina, panadería y pocilleros. En el Centro de Capacitación y Empleabilidad  de Children en Durán se entrenan para meseros y camareros, pero los  instructores son profesores de La Escuela de los Chefs.

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Para participar en estas capacitaciones los aspirantes tienen que tener de 18 a 24 años, que hayan estado en un programa de Children Inernational, que firmen ellos y los padres un acta de compromiso de que  van a asistir a las horas de clases.

Los  postulantes tienen que vivir en alguno de los sectores donde interviene Children: Bastión Popular, Flor de Bastión, Francisco Jácome, Durán.

Villacís señaló que la fundación les cubre todos los gastos, desde los uniformes hasta los productos, y en el caso de los que viven en Durán se les paga el transporte hacia La Escuela de los Chefs.

Anotó que los estudiantes realizan pasantías en hoteles de la ciudad y que la fundación les hace un seguimiento para ver su desenvolvimiento.  Algunos consiguen quedarse trabajando. Muchos de ellos están en el Sheraton. Los jóvenes también reciben un  certificado de haber terminado el curso, el cual es avalado por La Escuela de los Chefs.

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Entre los estudiantes de esta promoción estuvo  Ginger Loor,  de 19 años y moradora de la cooperativa Juan Montalvo. Ella hizo el curso para meseros, pero quiere trabajar en ese oficio para pagarse los estudios en Hotelería y Turismo. Tras recibirse de bachiller tomó un curso de inglés, como un granito para lo que quiere estudiar.

Desde los 7 años fue apadrinada por Children International y gracias a esa ayuda pudo estudiar hasta obtener el bachillerato.

Manolo Romero, docente de La Escuela de los Chefs,  señaló que,  por ejemplo, en el área de cocina se les enseñó recetas, técnicas de cocina, destrezas y a reconocer productos. “Si bien se les enseña cocina ecuatoriana, también se les da de cocina internacional, para que ellos puedan tener un  conocimiento un poco más global”, indicó Romero.
Edwin Gallardo, otro de los docentes que trabajó con los jóvenes, dijo que los chicos de Children son un elemento importante en la sociedad  y por eso  La Escuela de los Chefs está empeñada en ayudarlos mucho para que se capaciten.
En las clases los estudiantes también aprendieron a manejar sus emociones y su autoestima, a dar un buen servicio al cliente,  y a que su trabajo sea bien realizado y que lo hagan con dedicación y amor.

Los jóvenes coincidieron en que esfuerzos como estos además de darles una herramienta para poder trabajar y ser parte activa de la sociedad, los saca del ocio y de los vicios a los que están expuestos actualmente quienes viven en estos sectores de la ciudad. (F)

Antes quería ser agrónomo, pero ahora deseo estudiar cocina y convertirme en un profesional. Mis planes son  trabajar para ahorrar y pagarme los estudios.Elías Miguitama, morador de Bastión Popular