Estar feliz y satisfecho es una meta maravillosa. Sin embargo, la dicha puede sentirse cada vez más lejos de lo cotidiano. En vez de considerarla un estado evasivo, la poetisa Emily Dickinson la vio de una manera práctica cuando escribió: “Encuentra el éxtasis en la vida; la esencia misma del vivir es gozo suficiente”.

O, como nos recuerda la doctora Christiane Northrup: “Despierta todo el deseo… sigue tu dicha por el simple hecho de hacerlo”. Qué gran regalo estar vivo en este momento y lugar. Para experimentar más júbilo en el momento presente, dejo ir las historias de dolor del pasado. ¡Elijo conscientemente el regalo de la liberación y reclamo mi dicha!

Tesalonicenses 5:16-18: Estén siempre gozosos. Oren sin cesar. Den gracias a Dios en todo, porque esta es su voluntad para ustedes. (F)