La cercanía con las personas más humildes ha sido una de las cualidades de varios santos, pero a esa también se puede sumar la proximidad con los animales, de acuerdo con el portal ACI Prensa.

El sitio web menciona a san Pío de Pietrelcina, quien fue un sacerdote italiano. Según contó a ACI Stampa –agencia en italiano del Grupo ACI– en el momento que el santo pronunciaba las palabras para consagrar la hostia, los pájaros dejaban de cantar.

Además a Don Bosco. En 1883, mientras caminaba por la ciudad italiana de Turín, san Juan Bosco notó que un perro grande lo seguía. Se le acercó para acariciarlo y debido a su color gris, lo llamó ‘Grigio’.

Publicidad

El animal lo seguía cuando caminaba solo en las noches. En una ocasión, un hombre le disparó a Don Bosco, y Grigio apareció inmediatamente para defenderlo. Esta fue alguna de las veces que el canino protegió a Don Bosco.

También consta san José de Cupertino. ACI Prensa indica que además de la levitación, este santo tuvo el don de comunicarse con los animales. Las ovejas lo escuchaban con atención cuando rezaba y las golondrinas lo seguían mientras caminaba. En su libro Misterios, Maravillas y Milagros en las vidas de los Santos, la autora Joan Carroll Cruz narró que un pájaro solía acompañar con sus cantos a las religiosas de Santa Clara en Cupertino.

Asimismo está san Antonio María Claret, quien fue fundador de la orden de los Misioneros Claretianos. En su autobiografía narró que cuando viajaba, al oír el canto de las aves se les acercaba y “les hablaba del cántico eterno y nuevo del cielo”.

Publicidad

A ellos también se suma san Francisco Javier. Su historia fue plasmada en una de las paredes de la basílica dedicada a san Francisco Javier en Navarra, España.

Un día mientras navegaba rumbo a las islas Molucas (Indonesia), se desató una tormenta y lanzó su crucifijo al mar para calmar las aguas y cuando llegó a la playa, se sorprendió cuando vio a un cangrejo que sostenía entre sus pinzas el crucifijo.

Publicidad

San Francisco de Asís logró calmar la furia de un lobo que atemorizaba a los habitantes de Gubbio. El santo también solía predicar a las aves que se reunían a su alrededor. Además llegó a componer un cántico para Dios. (I)