Recibieron el pabellón nacional como reconocimiento a su desempeño como estudiantes en sus respectivos colegios, y con ello el encargo de portar el emblema en las ceremonias de jura de la bandera, ayer en el día clásico de este símbolo patrio.

Trescientos noventa y tres estudiantes de la Zona 8, que comprende Guayaquil, Durán y Samborondón, recibieron el sagrado tricolor al alcanzar el más alto puntaje en sus planteles y en los actos arengaron a sus compañeros a contribuir con el progreso del país, agradecieron el apoyo de familiares y las enseñanzas de sus profesores.

Un total de 57.422 colegiales de los tres cantones tenían previsto jurar, defender la soberanía del país. Y de aquellas ceremonias fueron testigos cientos de padres que con orgullo vieron a sus hijos alcanzar una meta, acercarse más al bachillerato y enrumbarse a la educación de tercer nivel.

Publicidad

Este Diario estuvo en cuatro eventos y presenta instancias de la jornada. Y a partir de mañana presentará los rostros de un grupo de abanderados, que expondrán expectativas respecto al futuro estudiantil. (I)

Melanie contagió de civismo en juramento

Melanie Castro Franco, de 17 años, del bachillerato técnico en contabilidad, de la Unidad Educativa Bilingüe La Inmaculada, se mostró ayer segura y orgullosa al recibir el portaestandarte nacional.

Publicidad

“Siento orgullo porque le estoy rindiendo homenaje a mi patria, no es solo nacer aquí, hay que sentirlo propio y esforzarse por representar de manera positiva a la ciudad y al país”, recalcó la joven.

Ella destacó que a más de lo académico, a lo largo de la vida estudiantil del adolescente se debe optar por actividades extracurriculares que complementen la educación en aulas.

Publicidad

“He participado en cursos de oratoria, en programas de inglés, de comercio, y talleres”, manifestó Melanie.

Su promedio fue de 9,86. Ella acudió con su madre a la ceremonia de juramento de la bandera en el plantel.

Al igual que ella, Emily Guaita, estudiante del tercero Ciencias B y abanderada del portaestandarte de Guayaquil, contó que estaba entusiasmada, pues siente que son sus últimas huellas en la institución desde que entró a primero de básica.

Ella obtuvo el promedio de 9,85 puntos.

Publicidad

De igual manera, María Gracia Donoso, del tercero Ciencias A, fue la abanderada del portaestandarte del colegio. Ella contó que quiere mucho a esta institución y el llevar su estandarte “representa mucho para mí, me gusta la imagen de la Virgen, la capilla y estoy satisfecha por este logro”. (I)

Caitlyen, abanderada en víspera de cumpleaños

Fue un regalo anticipado el que recibió ayer Caitlyen Zambrano de la Torre, del tercero Técnico B, del colegio fiscal Patria Ecuatoriana, ubicado en las calles 40 y Venezuela, en el suburbio de Guayaquil.

Ella en vísperas de su cumpleaños 17 pudo lucir el portaestandarte nacional con mucha alegría durante la ceremonia de juramento a la bandera.

Su puntaje de 9,93/10 la hizo merecedora de ese mérito, el cual, confesó, lo buscó desde que cursó la escuela.

“Ya cuando le tocaba a nuestra promoción, suprimieron los abanderados de la escuela, y me quedé triste, pero he esperado por años este momento, estoy tan dichosa porque es el primer paso de mis sueños”, exclamó la joven mientras jugaba, por los nervios, con sus guantes.

Agregó que siempre está atenta en las clases, y utiliza el internet para buscar información adicional para compartir en las clases.

“Es mejor más allá, para compartir la clase con el maestro, consultar y participar, debemos ser perseverantes”, explicó la joven.

Ella acudió con su familia y amigos a la ceremonia. Allí, una de sus mejores amigas del barrio, Naishley Rodríguez, entregó el portaestandarte de Guayaquil a Paulina Taylis, de 17 años. Ella obtuvo el promedio de 9,91/10.

Sus padres, María y Keneth, se mostraron orgullosos y dijeron que Paulina siempre da el ejemplo a su hermano de 13 años y a sus primos. (I)

Portar bandera es ser ejemplo para Santiago

Su intervención previa al juramento a la bandera en la Unidad Educativa Torremar, ubicada en el kilómetro 14,5 de la vía a Samborondón, fue breve y convincente. Santiago Velázquez, quien por su desempeño académico fue designado como el abanderado del plantel, expuso que más allá de ser una manifestación cultural, la jura de bandera representa un compromiso para con el país.

“Los cursantes del último año de educación secundaria adquieren una obligación con la patria, irrevocable y perdurable en el tiempo”, expresó el joven de 18 años, ante la mirada atenta de sus compañeros que se formaron en dos bloques.

Ese compromiso, agregó, debe manifestarse en acciones que conlleven al desarrollo y fortalecimiento del país.

Para Velázquez portar la bandera nacional es una gran responsabilidad, pues señaló que su accionar se constituye en ejemplo para los demás.

La ceremonia en la Unidad Educativa Torremar se inició a las 08:00 de ayer, en el patio del pabellón de la primaria.

Un total de 66 estudiantes del tercero de bachillerato juraron la bandera con civismo y alegría. Ese sentir contagió a los padres de familia que acompañaron a sus hijos al acto, que culminó pasadas las 10:00.

Durante el juramento colectivo e individual, la banda de música de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) acompañó el acto entonando las notas del himno a la bandera, en su día clásico. (I)

Roberto pidió unirse por un mundo mejor

Fue designado abanderado del colegio Vicente Rocafuerte al alcanzar un puntaje promedio de 9,86. Roberto Íñiguez Chica recibió ayer el estandarte nacional y en su discurso ante sus compañeros vicentinos agradeció el apoyo de sus padres, aludiendo que era acompañado en las madrugadas a coger el bus que lo llevaba de la isla Trinitaria, sur de Guayaquil, al céntrico plantel ubicado en Lizardo García y Vélez.

A sus compañeros les dijo con firmeza que se apliquen y trabajen por hacer de este un mundo mejor, y a nombre de ellos se despidió de los docentes y nombró a uno, Óscar Mejía.

“Jamás los olvidaremos”, mencionó Roberto y agradeció el haber sido estudiante del centenario plantel. Luego de ello se efectuó el juramento individual a la bandera, en el que participaron cerca de 800 vicentinos, donde decenas de padres observaron orgullosos el desempeño de sus hijos.

Yuri Calderón vio jurar la bandera a su hija Pierina. Dijo que esperaba que consiga rápido una plaza universitaria dentro del proceso de asignación de cupos a cargo de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt). Su hija mayor, graduada de contadora hace dos años, intentó varias veces tener cabida pero sin éxito, pese a “tener buen puntaje”.

En el Vicente Rocafuerte, el portaestandarte de la bandera de Guayaquil fue Melanie Albuquerque y el del plantel, Jair Coello Coello. (I)