A través de los años he obtenido madurez espiritual y he aprendido mucho acerca de lo que significa ser fuerte. Utilizo esa fortaleza, una cualidad espiritual inherente en todas las personas. Aunque es importante comer saludablemente y ejercitar los músculos, una fortaleza todavía más profunda proviene de lo interno.

La fortaleza espiritual me apoya para vivir con osadía divina. Con la atención centrada en la fortaleza espiritual avanzo con lo que es importante en mi vida. Al expresar fortaleza verdadera, continúo con claridad y valor aun en medio de un reto. Persisto en el camino hacia mis sueños y metas, sabiendo que tengo todo lo que necesito.

Yo soy fuerte, y mi fortaleza verdadera proviene de mi interior.

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Efesios 6:10: Por lo demás, hermanos míos, manténganse firmes en el Señor y en el poder de su fuerza. (F)