Desde hace unos cuatro años la participación de madres y padres de familia en chats de WhatsApp relacionados con las actividades escolares de sus hijos ha aumentado convirtiéndose, según educadores y psicólogos, en una tendencia que se repite en la mayoría de los centros educativos.

Prácticamente en todos los casos se da por iniciativa de los padres de familia y en otros pocos, por directivos o docentes de los mismos centros educativos que también participan en estos chats,

Según Richard Chávez, presidente del Comité de Padres de familia de sexto EGB del Nuevo Mundo, la finalidad de participar en grupos de WhatsApp es, principalmente, mantenerse informados en tiempo real de las actividades en las que participan sus hijos, saber cómo se procedió ante alguna emergencia como la evacuación del lugar producto de un sismo o aclarar dudas sobre alguna tarea o examen.

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“Es una herramienta indispensable para que aquellos padres de familia que no tienen mucho tiempo de estar presentes en el colegio estén al tanto de las actividades escolares. Ayuda en caso de que algún niño falte por enfermedad y necesite ponerse al día con los trabajos, en confirmar detalles de algún encuentro en el colegio o en la organización de trabajos en grupo”, según Richard.

Anais Calle, psicóloga y directora del Departamento de Consejería Estudiantil del Nuevo Mundo, recuerda que esta herramienta es el resultado de la evolución social y tecnológica a la que está expuesta la sociedad actualmente y al rol que ahora tienen los padres de familia. “Los tiempos cambian y ahora las familias tienen otras necesidades, tanto papá como mamá trabajan, ya no tienen tiempo para ir al colegio constantemente como antes, entonces a través de estos chats se informan. Con la ayuda de la tecnología logramos mantener una relación cercana entre los padres y los directivos”, enfatiza.

Sin embargo, para Sara Garaicoa, rectora del colegio Delfos, la participación de estos chats genera justamente el efecto contrario al de mantener cercanía entre padres y miembros del colegio.

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“Con el paso del tiempo los padres de familia quieren todo más fácil y rápido, ya no quieren venir al colegio, se conforman con enterarse de las cosas por canales como este chat que provoca un distanciamiento en la comunicación por la falta de interacción física; nosotros buscamos mantener una relación estrecha con los padres de familia”.

Garaicoa cuenta que en un inicio los maestros proporcionaban sus teléfonos para participar de estos chats con los padres de familia, pero tal acción terminó siendo perjudicial para los docentes. “Los padres de familia llamaban a altas horas de la noche a justificar que sus hijos no llevarían algún deber, se daba lugar a tratar temas particulares entre un alumno y un profesor, a chismes, se irrespetaba la privacidad de los profesores y entonces lo suspendimos, desde el año pasado está prohibido que los profesores estén en estos chats”, puntualiza.

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“Es superimportante que los padres respeten el objetivo del chat y los lineamientos que tiene, si no pierde sentido. El año pasado participé en el chat del curso de mi hijo que estaba en quinto de EGB, y terminó convirtiéndose en un canal de chismes, se perdió formalidad y por eso preferí no participar en el de este año”, cuenta Johanna Márquez, madre de familia del Delfos.

Estos chats generalmente son creados por los presidentes del comité de padres de familia de cada paralelo, quienes desde un inicio dan a conocer aquellos contenidos que podrán ser tratados como dudas sobre algún deber o actividad que tuviera la institución o alguna consulta sobre feriados o fechas de exámenes, o la organización de algún trabajo en grupo que tengan los estudiantes.

Así también se dan a conocer aquellos que no deben compartirse como post políticos y religiosos, chistes, asuntos personales de un estudiante en particular, promociones de negocios privados o noticias ajenas al ámbito escolar.

Para mantener esta dinámica Ciria de Aguayo, madre de familia del colegio Alemán Humboldt, resalta la importancia que desempeña el administrador de cada chat. “Ellos son los llamados a mantener la armonía en las conversaciones y hacer que los lineamientos se respeten”.

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Por ejemplo, cuenta que en los chats escolares en los que participa hay un vocero, que es el que se encarga de transmitir los mensajes oficiales del colegio, es quien tiene acceso a estar comunicado directamente con alguna autoridad del plantel y cumple con la función de difundir el mensaje, así como de un modulador, que se encarga de hacer que se respeten los lineamientos en cuanto a los contenidos que se comparten en el chat y se encarga de hablar con determinado padre que no lo cumpla.

“Es muy importante que el administrador del chat tenga un espíritu conciliador para que ayude a mediar diferencias que pudieran surgir sin causar divisiones en el grupo”, aconseja Andrea Menoscal, madre de familia de La Moderna.

En estos centros educativos hay diversos canales de comunicación a más del WhatsApp, tanto tradicionales como lo son las curriculares, notas en agenda, citas que se canalizan por vía telefónica, y actuales como publicaciones en las redes sociales oficiales de la institución y la publicación de tareas en plataformas digitales.

En cuanto a los chats lo que más se da es que los tutores de curso y los directores de áreas: preescolar, primaria y secundaria, participan en un grupo de WhatsApp más reducido en el que solo están agregados los padres de familia que son presidentes de curso. Ellos representan al gremio de padres y son los encargados de difundir la información oficial que transmitan los directivos y de canalizar alguna petición o duda que tengan los padres de familia.

¿Menos responsabilidad?

Haciendo una comparación de épocas, quince años atrás por decir lo menos, el estudiante era el encargado de anotar todos los deberes que debía realizar, de guardar y entregar las circulares que la institución enviaba a los padres y de dar a conocer si necesitaba comprar algún material para un trabajo manual especial; si lo olvidaba muy posiblemente llegaría el día siguiente con la tarea incumplida.

Ahora la situación es diferente ya que a través de estos chats la madre de familia está enterada de todas las actividades, por lo que según Garaicoa, no hay opción al olvido de alguna tarea así el estudiante no lo recuerde o no lo haya anotado en su agenda, y es ahí donde la responsabilidad con la que debe proceder el alumno se ve mermada.

“Los niños tardan en ser responsables porque sus padres lo hacen por ellos, entonces el grado de disminución en la responsabilidad de los chicos dependerá de cómo lo manejan los padres, una cosa es estar informados y otra es tapar la falta de atención que pudieran tener los estudiantes en clase y fomentar la alcahuetería”, dice Ángeles Chávez, máster en educación y directora de primaria en el colegio Liceo Panamericano.

“A veces los padres se encargan de resolver un problema que debería hacerlo el mismo chico, el niño deja de solucionarlo por su cuenta y se hace dependiente del padre”, agrega Ángeles.

Para evitarlo, en La Moderna se está realizando una campaña con los tutores y estudiantes para que sean los mismos chicos los que resuelvan sus inconvenientes.

“Motivamos a que los padres les hablen de la confianza que deben tenerles a los profesores, estamos atravesando una época en la que los padres son sobreprotectores y no les permiten desarrollar el sentido de la autonomía a los chicos, eso debe cambiar”, aconseja Catherine Muñoz, psicóloga y coordinadora académica de La Moderna. (F)

Este canal da pie a que los padres se empoderen de resolver los problemas que los mismos chicos deberían solucionar. Esto interrumpe su autonomía. Los padres deben ser prudentes”.Ángeles Chávez, directora de Primaria del LP