John Sornoza no dejaba de sonreír al ver jugar a su hijo Anderson. Estaba encantado. El niño de un año y nueve meses se movía de atrás para adelante en una moto de juguete en el malecón Simón Bolívar, en el centro de Guayaquil. Así el padre vivió su día clásico en compañía de sus cuatro hijos y de su esposa Ketty.

En colegios y centros comerciales desde el viernes se iniciaron los festejos por el Día del Padre y ayer en el día conmemorativo, progenitores recorrieron malecones, centros comerciales y restaurantes para compartir con los suyos.

“La estoy pasando muy bien, qué mejor que hacerlo con mis hijos”, dijo John, quien contagiado por la fiebre mundialista vistió con una camiseta de la selección de Brasil, a la que esperaba ver enfrentarse a Suiza.

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Antes de salir de su casa en Pascuales, él quedo encantado con el desayuno preparado por su esposa. “Le hice encebollado, su plato favorito”, dijo ella.

Hubo padres que aprovecharon la oportunidad para compartir con sus hijos, a los que no pueden ver con tanta frecuencia porque no viven con ellos.

Henry Rivas se deleitaba meciendo a su hija Thais en un columpio en los jardines del Malecón. Allí llegaron desde el suburbio para compartir el día y almorzar juntos. “Aprovechó el fin de semana para estar con ella (Thais), ya que ella vive con su madre, más tarde volveremos a salir”, dijo Henry.

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Benito Miranda, en cambio, paseó con sus tres hijos por las calles céntricas, ya que por la tarde tendría que laborar en una vulcanizadora.

“Más tarde tengo que trabajar, entonces aproveché para compartir con ellos, regularmente no puedo”, dijo Benito junto a Johan, Justin y Michelle, sus tres hijos.

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Ellos pasearían y aprovecharían para jugar en carruseles instalados y avanzarían hacia la rueda La Perla.

En el Parque Seminario, o de las Iguanas, padres fotografiaron a sus hijos alimentando a los reptiles o dándole de comer a las palomas.

En restaurantes, las familias aprovecharon para engreír a los jefes del hogar. Se concentraron en locales de desayunos y otros aprovecharon para almorzar fuera de casa. Algunos combinaron sus jornadas con los emocionantes partidos del Mundial de Fútbol, celebraron los goles latinoamericanos tanto de los mexicanos y brasileños que jugaron ayer.

Los comensales amantes de la comida marinera coparon la cebichería Aquí está Marcelo. “Él manda hoy, el resto de días no”, dijo entre bromas Rocío Villamar al referirse a su esposo, Efraín Suquilando, con quien compartió cebiches.

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Las jornadas también se compartieron con el recogimiento en las misas, como en la Catedral que lució llena en el sermón de las 10:00.

Algunos familiares visitaron a sus padres, suegros o abuelos en los cementerios de Guayaquil. Allí hubo quienes llevaron arreglos florales para colocar al pie de las tumbas. (I)

En muchas ocasiones por trabajo no se puede compartir lo suficiente. Hoy aproveché para salir y poder estar con ellos. Estar con ellos (sus tres hijos) es nuestro regalo”.Benito Miranda, padre