Liberación del alma es lo que significa en sánscrito Jimakutiv, y es a esa noble tarea a la que se dedica Elizabeth Franco Olaya desde hace diez años en el Centro Holístico Jimakutiv, uno de los primeros lugares de este tipo en Guayaquil.

Todas las terapias que se ofrecen en el centro, como reiki, biomagnetismo, terapia neural, masajes para desbloqueos, lectura akáshica, constelaciones familiares, entre otras, se hacen con el eje de la terapia transpersonal, “que es la guía que se le hace a un ser humano para que camine hacia adentro, hacia ese encuentro con el ser superior, con su grandiosidad, a darse cuenta de que más allá de un cuerpo que camina, de unos ojos que ven y una boca que habla hay un ser”, explica Elizabeth.

Terapeuta graduada en la Escuela de Desarrollo Transpersonal de Madrid, Elizabeth recorrió otros caminos antes, de hecho tiene otras acreditaciones como terapeuta holística y formadora especializada en autoestima, facilitadora oficial Sana tu Vida con licencia internacional de la Hay House basada en la filosofía de Louise Hay, formadora de maestros en sanación magnificada, master reiki, formadora y facilitadora en lectura de archivos akashicos, facilitadora de terapias florales, entre otras.

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Fue una experiencia personal la que llevó a Elizabeth a buscarse a sí misma. Con una empresa que luego cerró, confiesa que cuando ya tenía dos hijos varones estaba obsesionada por tener una hija, pero ya no podía ser madre. “Me vi recorriendo hospitales queriendo ser mamá de una niña aun sin parirla, y me topé en esa búsqueda con una persona que me bajó a tierra y me dijo: ‘Tú no quieres una hija, tú quieres alguien que te solucione tu vida, hay que estar enfermo para endilgarle la responsabilidad de ser feliz a un ser que ni siquiera ha nacido. Ve a ser madre de tus hijos primero y busca ayuda’. Tenía 30 años, hace 15 ya”, recuerda.

Buscó ayuda seis meses después, y en esa búsqueda por conocerse y sanar dice que llegó a su karma y lo entendió todo. “Vi resultados, las personas que estaban en mi entorno me decían: ‘Oye, estás cambiada’, fue tan silencioso que comenzó a ser natural, fue muy lindo”, dice, tanto que comenzó a guiar a otros a través del tarot psicológico y la regresión consciente primero.

En esa formación como terapeuta descubrió la filosofía de actitud positiva ante la vida de Louise Lay, autora de Ámate y sana tu vida. “Me encantó porque yo vengo de una expresión verbal negativa y me pareció tan interesante que busqué formarme con ella hasta que logré certificarme como facilitadora y empecé a desplegar mi trabajo bajo esa filosofía”.

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Pero a medida que todo iba avanzando, que todo iba pasando, se dio cuenta de que el pensamiento positivo es muy importante, pero que si no iba de la mano con la actitud mental positiva no pasaba nada. “Tu realidad no va cambiando con el darte cuenta sino con la acción que tomes y para decidir eso tienes que amarte más allá del personaje, y para ir más allá del personaje me di cuenta de que eso ya es transpersonal y ahí es donde comienza mi camino a tomar otro rumbo, y empecé a estudiar esta filosofía”.

Hubo un primer año de “terapia pura conmigo, hubo cosas que yo pensé que habían sido trabajadas y abordadas desde el papel de facilitadora, pero resultó que muchas profundidades salieron a la luz, me pareció tan hermoso que fui por otro año para especializarme como terapeuta transpersonal”.

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Elizabeth imparte talleres vivenciales en su centro y charlas motivadora también cuando la invitan. “De hecho, comencé a meterle a mis talleres, retiros y ejercicios vivenciales mucho de terapia transpersonal y me di cuenta de que el ser humano podía llegar hacia su alma, y de ahí ha sido como un devenir de muchas cosas”, dice con voz y mirada cálidas.

También realiza terapia del dolor y muerte, acompañando a enfermos terminales y a quienes llevan el duelo. Elizabeth no para, ahora se está especializando en terapia de parejas, pues dice que es un tema recurrente en quienes van a su centro, donde siempre invita a especialistas en diferentes terapias, de todo el país, para consultas privadas y talleres.

Siempre considerando el eje transpersonal, la terapeuta guayaquileña de 45 años comenta que mucha gente busca este tipo de terapias pensando que les va a arreglar la vida. “No se trata de una imposición de manos, la magia ocurre, pero ocurre desde adentro. Se respeta mucho la libertad del individuo, el proceso del alma”.

Con Elizabeth una podría quedarse horas hablando; tiene tanto que contar y dar. “En terapia transpersonal nosotros no tenemos respuesta, no sanamos, no vivimos por ti, no perdonamos por ti, la vida no admite representantes, ese es un trabajo tuyo, yo te acompaño mientras tú decides sanar”.

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Para ello indica que nuestros grandes manuales son nuestra familia, nuestros amigos, nuestros padres y aprendiendo en la vida hay a veces muchos motivos para no estar feliz pero si tienes paz en tu corazón ya es bastante”.

Para mayor información: www.jivamukti.com.ec. En Facebook: Jivamukti Rincón del Alma. Instagram y Twitter: @cjivamukti. 099-218-9368. (I)

La terapia transpersonal es la guía que se le hace a un ser humano para que camine hacia adentro, hacia ese encuentro con su grandiosidad”.Elizabeth Franco, directora de Jimakutiv