El llanto era desgarrador. Mirella Caicedo miraba los escombros a los que se redujo su casa de madera y caña y no podía creer que allí perdió a la segunda de sus dos hijas, Adriana de tres años, quien dormía cuando aparentemente un cortocircuito provocó un incendio que consumió su vivienda y otras tres contiguas.

El siniestro ocurrió alrededor de las 16:00 del martes en la cooperativa Trinidad de Dios, sector de Monte Sinaí, noroeste de la ciudad, donde muchas casas son como las afectadas, de caña, las calles son polvorientas y servicios como el de la energía se instalan de a poco.

El abastecimiento de agua se da con tanqueros que venden el líquido a $ 1 el tanque.

Publicidad

Las llamas también afectaron una pequeña vivienda de hormigón, cuya propietaria, Gloria Barre, tenía una tienda.

Mirella, madre soltera de 23 años, había encargado a la niña fallecida con una cuñada, para poder ir a ver a su hija mayor, Estela, de siete, a la escuela Julio Estrada Icaza.

Sin embargo, la persona que quedó al cuidado de la víctima tuvo que salir un momento, pues también tiene hijos pequeños, relató ayer Pamela Bravo, tía de Mirella.

Publicidad

Fue en ese momento cuando se produjo el incendio que no cobró más vidas, pero sí dejó en la calle a cinco familias de este populoso sector que aún no está regularizado y que está considerado como un reciente asentamiento de la cooperativa Trinidad de Dios que sí está en planes de legalización.

Así lo sostuvo Juan Ramírez, titular de la Dirección de Gestión de Riesgos Municipal, instancia que coordinó los trabajos de remoción de escombros.

Publicidad

Autoridades como el gobernador José Francisco Cevallos y el prefecto Jimmy Jairala también estuvieron en el sitio.

Bravo contó que su sobrina trabaja eventualmente vendiendo agua de coco y que cuando sale encargaba a sus dos hijas con una hermana.

Los afectados por el flagelo recibieron kits de aseo, limpieza y menaje de cocina, entre otros insumos de ayuda.

La Prefectura comprometió la donación de cinco casas de Hogar de Cristo y su instalación en el mismo sitio del incendio. En la tarde las viviendas ya se instalaban en el sector.

Publicidad

Pero dadas las circunstancias, Bravo dijo que su sobrina no quiere permanecer en el lugar del flagelo y por eso pidió ser reubicada en otro lugar.

Hasta pasado el mediodía de ayer familiares de la mujer cumplieron los trámites para retirar el cadáver de la menor en la morgue. El velatorio estaba previsto en casa de la hermana de Mirella, en la cooperativa Trinidad de Dios.

Hólger Nazareno, otro de los afectados dijo esperar a que los ofrecimientos se cumplan pronto, pues al igual que Christopher Quintero, vecino que también perdió su casa, pernoctan en viviendas de familiares que viven por el sector.

En medio de la desgracia, Quintero agradeció estar bien al igual que su esposa y su hija de 11 días de nacida. Durante el incendio ambas estaban en casa de su suegra y él en el trabajo.

El Ministerio de Salud llevó una unidad móvil. (I)

Cuando yo llegué (del trabajo) vi que todo ya estaba en cenizas nomás. Perdí todas mis cositas, una cocina que recién la terminaba de pagar el próximo lunes. Nos quedamos sin nada.Cristopher Quintero, damnificado