Se comienza practicando en el cuerpo físico, pero como todo movimiento, postura o relajación voluntaria parte de la mente, lo que el alumno de yoga terapéutico estará entrenando es la mente, y así calmando sus distracciones, concentrándola para entrar a una meditación.

La técnica central de la yoga es la meditación. Para María Isabel de Lebed, quien aprendió de esta ciencia en la Asociación Escuela de Auto-Realización (AEA), las asanas (posturas) y pranayamas (control de la respiración) aportan un enorme bienestar a la salud del cuerpo y de la mente. “Son la antesala de la práctica contemplativa que ayuda a despertar nuestra conciencia espiritual y restaurar el alma”.

La práctica asidua de la meditación ofrece el poder curativo del silencio interior, por este medio podemos lograr el equilibrio necesario para restaurar nuestro ser, destaca Lebed.

Publicidad

Así es como se trabaja con yoga para sanar enfermedades físicas y emocionales. Esta práctica trata dolencias como protrusión o hernia discal lumbar, cervical, escoliosis, artrosis, entre otras, asegura Adriana Stolz, instructora de yoga terapéutico.

También ayuda a combatir el estrés, comenta Alfonso Riccardi, instructor de la Asociación de Auto- rrealización (AEA). “Se puede reducir con la práctica de yoga y además en publicaciones de revistas científicas hay reportes de la reducción del cortisol en sangre (hormona del estrés)”, explica Riccardi.

Según Stolz, entre las razones por las que se debe practicar esta ciencia está que fortalece todo el cuerpo físico, creando propiocepción (sentido que informa al organismo de la posición de los músculos) en el cerebro de áreas que se han dejando de utilizar o no se utilizan correctamente.

Publicidad

En general, ayuda a fortalecer, elongar, extender, flexibilizar, aumentar la movilidad y tonos musculares. La práctica también mejora las torsiones, la rotación de los hombros, la salud de las articulaciones y sus tejidos conectivos, elongación del cuello, el equilibrio, “y percepción de uno mismo”, afirma Stolz.

Alumno

Publicidad

Quienes desean practicar yoga terapéutico deben presentar su diagnóstico médico antes de empezar la clase y expresar molestia o dolor cuando está practicando para ajustar la práctica a sus necesidades.

Las clases pueden realizarse de forma multinivel (grupos grandes y diversos en edades y sexo), pero es mejor practicar con grupos más pequeños para poder visualizar mejor la postura de cada persona.

En lo posible estas clases deben tomarse todos los días para que haya una forma continua de modificación postural en la persona, o mínimo tres veces por semana.

Metodología

Publicidad

El  yoga terapéutico  nace a raíz de la necesidad de atender una serie de patologías de la columna y otras partes del cuerpo, ligeras o más graves, y tiene como objetivo eliminar , aliviar o mejorar una dolencia específica, para lo que se utilizan las variantes terapéuticas, que son una modificación de una asana (postura) determinada, para tratar una lesión específica.

“En yoga terapéutico  se trata de trabajar las áreas con las correctas variantes para que la persona pueda experimentar relajación mientras realiza la postura”, indica Stolz.

Respiración

Uno de los primeros objetivos del yoga es aprender a respirar, ya que habitualmente respiramos de una manera que sin pensarlo no nos ayuda a estar quietos. La forma apropiada de respiración es la abdominal, que consiste en inhalar el aire por las fosas nasales o nariz y permitir que al entrar se vaya expandiendo el abdomen (la barriga), y así daría la impresión de que estamos llenando de aire el abdomen,

Una vez que hemos llenado el abdomen al respirar, si continuamos inhalando, las costillas se van a ir separando unas de otras y así se puede decir que es la respiración costal o del pecho, y finalmente si continuamos se llenará la parte alta de los pulmones y debido a que en esta zona están las clavículas, se la llama respiración clavicular.

Al unir estas tres respiraciones en una sola se la llama respiración completa. “ Así, el solo hecho de respirar de manera apropiada (lento, regular y profundo) por 15 a 20 minutos logramos aquietar la mente, nos relajamos, es decir reducimos el estrés”, dice Riccardi.

Cuando respiramos bien se lleva gran cantidad de aire a los pulmones, se promueve la oxigenación de la sangre, se disminuye la ansiedad , estimula el movimiento del corazón y mejora la circulación. Con el movimiento constante del diafragma los órganos abdominales reciben un buen masaje, así también facilita el tránsito intestinal, comenta Riccardi.(I)