Silvia Zavala es jubilada. Durante 33 años trabajó como docente de primaria en Guayaquil y fue una de las primeras partícipes del Fondo de Cesantía del Magisterio Ecuatoriano (FCME). Hace 15 años junto a su esposo, el maestro del Colegio Patria Ecuatoriana, Washington Pazmiño accedió a un crédito hipotecario y, desde entonces habita en una de las viviendas de la ciudadela Colinas del Maestro, al norte de la ciudad.

“Cuando el Fondo de Cesantía empezó a entregar viviendas yo estaba jubilada y no podía aplicar al préstamo pero mi esposo sí”, detalló Zavala, mientras rememora su época de maestra de primer grado en la escuela Ramón Augusto Castillo.

Su casa fue una de las primeras de la urbanización que fue construida exclusivamente para los maestros de entonces. Asegura que los trámites administrativos en el Fondo fueron rápidos y les permitió cumplir uno de sus sueños, el de casa propia.

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“Nos dieron facilidades de pago, nosotros íbamos ahorrando en nuestra cuenta individual y cuando entregaron las viviendas pagábamos $ 280. Hace tres años terminamos de pagarla”, contó. Su esposo falleció hace tres años y Silvia vive ahora junto con sus hijas

“El Fondo fue algo muy bueno para nosotros, nos apoyó siempre”, recordó la maestra de raíces quiteñas.

Tatiana Holguín Briones, jefa de identidad corporativa del FCME explica que en la actualidad cuentan con dos tipos de crédito hipotecario. Uno para adquirir vivienda nueva, sea en uno de los planes habitacionales de la institución o de cualquier proyecto inmobiliario, y otro dedicado a la mejora de vivienda o remodelación. (F)

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8,69 por ciento
es el interés que cobra el Fondo de Cesantía del Magisterio Ecuatoriano por  préstamos hipotecarios.