Yo soy libre para responder afirmativamente al sustento de Dios.

Libre
Dios ha puesto en mi corazón el poder de elegir la vida. Yo soy libre para escoger el camino del amor, para recordar que la luz misma de Cristo reina en mi corazón en todo momento. Aunque a veces pierda de vista la gloria que el Espíritu ha sembrado en mi alma, la invitación siempre está ante mí para reconocer la luz de Cristo en el corazón de cada persona.

Aun cuando esté enfrentando retos que parezcan imposibles de superar, yo soy libre para pasar unos minutos en la quietud y recordar que todo lo que Dios es mora en mí. Su inquebrantable e infalible ayuda está siempre conmigo. Nada ni nadie puede quitarme la habilidad de responder con un ¡Sí! rotundo y de corazón.

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2 Corintios 3:17
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. (F)