John se movía inquieto, saludaba una y otra vez estrechando la mano pero sin observar a los ojos de la persona. En solitario, caminaba entre las sillas, salía y entraba del auditorio del hospital de Niños De Icaza Bustamante de Guayaquil.

Él es uno de los jóvenes que se trata en el sanatorio y padece del trastorno del espectro autista (TEA), en su caso del síndrome de Asperger, que dificultad la interrelación con otros.

Su madre, Verónica Murillo, contó sobre sus vivencias con su hijo de 17 años, quien luego de convulsionar en su escuela a los 9 años recién fue detectado con el síndrome. Hasta ese momento, ella lo observaba como un niño tímido y simplemente distinto al resto. Desconocía que su hijo padecía del trastorno que afecta a uno de cada 160 niños en el mundo. En este sanatorio, se registra una atención diaria de tres niños con esa condición.

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En el Día Mundial del Autismo, que se recordó ayer, se dieron charlas para concienciar a los padres sobre la detección a tiempo el trastorno y poder conseguir mejores resultados con el tratamiento.

En el hospital De Icaza Bustamante, padres como Murillo dieron cuenta de que el tratamiento puede dar buenos resultados. John ha logrado tocar el piano, lee con agilidad y habla inglés y se moviliza solo en bus público, dijo Murillo. Tiene dificultades como cambios de humor o problemas con cálculos.

El TEA, según la Organización Mundial de la Salud, conlleva afecciones en el comportamiento social, la comunicación y el lenguaje que se registra en la infancia y continúa a la edad adulta, no tiene cura pero se pueden lograr avances.

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Dependiendo de su concentración, puede denominarse síndrome de Asperger por sobresalir problemas para interrelacionarse con otros o el tradicional autismo de Kenner con presentaciones de epilepsia, deficiencias cognitivas y problemas de interrelación social.

Silvia Cedeño, líder de salud mental del hospital de Niños, explicó que la detección a tiempo ha motivado un aumento de registro de casos. A la semana atienden tres casos nuevos, además de las atenciones de tres niños por día, dijo.

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“En los centros de salud se detecta y se los deriva”, añadió la especialista. A su vez, los padres aseguraron que aún hay desconocimiento en la sociedad, que sigue discriminando.

Estos niños, en la mayoría de casos, no sonríen, no completan una frase y no interactúan. “Mientras más temprano se detecte, mejores resultados se pueden tener”, añadió María Meneses, del Hospital Guayaquil, en una casa abierta.

A los niños se los trata con terapias de fisiatría, nutrición, habilidades sociales y más.

Día de recordación
En el hospital Guayaquil, además, ayer se realizó una casa abierta por el Día Mundial del Cáncer de Colon. Se recomendó evitar la leche de vaca, embutidos, carnes rojas, entre otras. En su lugar, se sugirió una dieta rica en fibras con frejoles, salvado de trigo, vegetales y frutas. (I)

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