Una judoca, una decana, una dirigente industrial, una ejecutiva de una cadena y una supervisora de supermercado hablan de cómo llegaron a sus puestos y los desafíos que tienen las mujeres.

Estefanía García, judoca
‘Apoyo familiar tiene que ser constante’

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Su madre, Mercy Mendoza, ha sido el motor que la ha impulsado a conseguir réditos en su campo, el judo.

Estefanía García, portovejense de 29 años, es la única ecuatoriana que ha ganado una medalla de oro en esa disciplina en la categoría 63 kg en unos Juegos Panamericanos. Fue en el 2015 en la ciudad de Toronto, en Canadá.

“Yo estaba emocionada porque había trabajado mucho en eso y estaba enfocada en que quería hacer historia, en ser la primera medallista y lo logré”, manifiesta la deportista.

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Su amor por el judo comenzó a los 9 años, cuando su madre la inscribió en un curso vacacional que ofrecía la Federación Deportiva de Manabí.

Estefanía cuenta con satisfacción el haber sido la abanderada de la delegación que representó a Ecuador en los Juegos Olímpicos Río 2016.

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“A las mujeres les recomendaría que sigan sus sueños y hagan lo que les gusta, que es lo más importante. Mientras uno hace lo que le gusta, logra el éxito”, indica mientras se prepara para un torneo internacional, y continúa trabajando fuerte para clasificar a los Juegos Olímpicos Tokio 2020.(I)

María del Carmen Lapo, decana de la Universidad Católica
‘Debemos saber identificar prioridades’

Desde pequeña, María del Carmen Lapo, de 58 años, se ha planteado metas que ha concretado con dedicación. Ella es decana de la Facultad de Especialidades Empresariales de la Universidad Católica de Guayaquil, en la que lleva laborando 30 años. Es economista, y está próxima a sacar un doctorado.

Su vida la ha dedicado a la docencia, a los estudios permanentes y al trabajo en varias empresas. Lapo asegura que su ejemplo vino de sus padres, quienes a pesar de tener escasos recursos se preocuparon por darle educación. Luego ella, al ser la mayor de cinco hermanos, veló por cada uno para que puedan convertirse en profesionales.

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El estudiar y trabajar ha sido ejemplo para sus hijos. Por eso ella cree que es un mito de que la mujer que trabaja a veces descuida el hogar.

“Es cuestión de medir prioridades y tratar de equilibrar las cosas”, reflexiona Lapo, quien aconseja a las mujeres a tener autonomía, a confiar en lo que pueden dar. “Tienen que sentirse que, aunque sean madres, ellas pueden realizar lo que se propongan, lo importante es saber identificar las prioridades en su hogar y en la empresa”, dice. (I)

Caterina Costa, pdta. de la Cámara de Industrias
‘Quedan retos en la equidad’

Es la primera mujer que llega a la presidencia de la Cámara de Industrias de Guayaquil en 81 años de vida institucional.

Caterina Costa, de 51 años, casada y con tres hijos, es abogada y tiene dos maestrías, una de ellas en Estados Unidos.

“La industria permite tangibilizar lo que uno puede hacer por el país, cómo uno puede generar riqueza, aportar en innovación, en mejorar la calidad de vida. Eso me motivó a integrar los sectores gremiales”, manifiesta Costa.

Tiene la convicción de que la equidad de género, más que un objetivo, es una condición de desarrollo. Indica que todavía existen muchos retos en cuanto a dicho tema.

“No hemos visto que las cifras han mejorado en los últimos años, a pesar de que las mujeres se preparan mucho”, sostiene.

Explica que a pesar de que a nivel de universidades hay una mayor participación de las mujeres, eso aún no se ve reflejado en el ámbito laboral.

“Todavía existen barreras que a veces vienen de la propia mujer o del entorno laboral”, explica la empresaria, quien antes dirigió un gremio ligado al sector plástico. (I)

Gina Castagneto, gerenta de operaciones McDonald’s
‘Tenemos capacidad para cualquier rol’

Recién graduada de la Unidad Educativa Nuestra Señora de la Merced, Gina Castagneto Alcívar entró a trabajar en McDonald’s, a los 17 años. Empezó atendiendo a los clientes en el local de Pedro Carbo y 9 de Octubre, en el centro de la ciudad, y de a poco fue ascendiendo. En 18 años en la que es su primera y única casa laboral, ella se ha desempeñado como gerente de negocios, consultora de operaciones hasta llegar a ser gerenta de operaciones entrenamiento, aprendizaje y desempeño, cargo sobre el cual únicamente está la dirección general de esta cadena de restaurantes de comida rápida.

A sus 35 años, Gina, psicóloga organizacional de profesión, cursa una maestría en dirección de empresas, pues considera que es importante que la mujer se prepare para tener un alto nivel competitivo en el campo laboral. “Basta con tener perseverancia, muchas ganas de lograrlo y creería que no hay desafío que no se pueda alcanzar”, refirió la joven guayaquileña.

Para ella, uno de los desafíos de la mujer en esta época es demostrar la capacidad para ejercer cualquier rol que se le ponga en frente. (I)

Elsa Coello, supervisora zonal de almacenes Tía
‘Perseverar es clave para lograr metas’

A los 19 años ingresó a trabajar como cajera y perchera en los almacenes Tía. La perseverancia y esfuerzo de Elsa Coello, de 37 años, permitieron que pueda hacer carrera en esa empresa, donde ahora es supervisora zonal.

Actualmente tiene a su cargo siete locales en Guayaquil, en los cuales dirige a más de 270 personas.

“Creo que como mujer siempre hay que proponérselo, hay que ser emprendedora, demostrar nuestras habilidades, nuestras virtudes, luchar por nuestras metas, por nuestros sueños y creo que no es nada difícil, es algo que si se lo propone, se puede llegar alto”, expresa.

Ella no ha descuidado el rol dentro de su familia. Asegura que el apoyo de su esposo ha sido fundamental para su desarrollo tanto profesional como en su rol de madre y esposa.

Tiene dos hijos a quienes les da todas las atenciones posibles y comparte tiempo fuera del trabajo.

“Yo aconsejaría a las mujeres que sean perseverantes, que confíen en sí mismas, que se superen cada día, que tenemos mucho por hacer y por dar y que sean optimistas”, dice. (I)