Lúcida, con buen estado de ánimo y en compañía de sus familiares, Blanca Luzmila Salazar Pardo cumple hoy 104 años. En su domicilio, ubicado en el sureño Barrio del Seguro, recibe los cuidados de sus hijos y la constante visita de sus nietos y bisnietos.

La cercanía con ellos la regocija. Su gran sentido del humor y entereza han sido siempre sus mayores virtudes.

Blanquita, como la conocen sus familiares, nació en Riobamba el 21 de febrero de 1914. Vivió su niñez en esa ciudad, en la que su padre tenía una hacienda. Ella ayudaba vendiendo el material que se producía. Tiempo después viajó con sus padres hacia Huigra, en Chimborazo, y luego hacia Guayaquil, donde se radicó.

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Con un pausado hablar, intenta recordar varios pasajes de su juventud. Rememora sus días de soltería, en los que se dedicaba a bordar en máquinas, que era su oficio antes de contraer matrimonio con Julio César Moreira, cuando tenía 25 años.

Con él procreó cuatro hijos: Julio, Teresita, Hernán y Elsy. Tiene 10 nietos y 12 bisnietos.

Moreira falleció en el 2003, a los 96 años, lo que significó un duro golpe para ella.

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Blanquita no permite que sus familiares la aseen, vistan o maquillen. Ella siempre lo hace por su propia cuenta.

Sus parientes dicen que los doctores se sorprenden al ver la vitalidad que tiene Blanquita, su sentido del humor y alegría, a pesar de su edad.

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De vez en cuando, en reuniones familiares pide tomar un vaso con whisky o cerveza, petición que es concedida por sus allegados, quienes dicen que su vitalidad se debe a una correcta alimentación.

Hace diez años le diagnosticaron cáncer de ovario. Por su avanzada edad, los médicos recomendaron no operarla y que sea tratada por un médico naturista. Esto dio resultados, pues cinco años después, los exámenes arrojaron que la mujer ya no tenía rastros de la enfermedad.

Blanquita cuenta que su fe en Dios es inmensa. Gusta escuchar radios con contenido religioso. Reza el rosario y cuando puede, acude a una iglesia, situada a pocas cuadras de su domicilio.

Indica que siempre le pide a Dios por su salud. Ella sufre artrosis, que la imposibilita caminar con facilidad.

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Disfruta de los paseos por el Malecón Simón Bolívar, y los centros comerciales. También se emociona cuando visita el balneario Salinas.

Una lora llamada Loreta es su compañía desde hace casi 40 años. Blanquita cuenta que el ave la recibió como obsequio en Milagro.

Esta noche, sus familiares le celebrarán una misa de acción de gracias en la iglesia Cristo Redentor por sus 104 años de vida. (I)

Yo creo mucho en Dios, he vivido siempre con Dios. Me gusta rezar mucho, cuando podía caminar iba siempre a la iglesia. En mis oraciones le pido a Dios por mi salud, debido a mi edad.Blanca Salazar, 104 años