Mantengo mi atención centrada en la presencia divina en mí y a mi alrededor.

Equilibrio
Siento satisfacción cuando mis relaciones personales e interacciones en mi trabajo son satisfactorias. Cuando las conversaciones no van tan bien como lo planificamos o cuando experimento una dificultad financiera, puede que sienta que remo en un mar picado. Durante cualquier tiempo difícil, recuerdo hacer una pausa y dirigirme a mi interior, a la divina presencia. Respirando profundamente, dirijo mi atención a la presencia de Dios en mi corazón, y recobro el sentimiento de calma.La verdad es que Dios está presente en toda situación porque está presente en mí. Al recordar esto, navego por la vida con gracia y facilidad. Toda manifestación de vida está vinculada y en orden. Permanezco con mi atención centrada y en equilibrio.

Isaías 26:3
Tú guardas en completa paz a quien siempre piensa en ti y pone en ti su confianza. (F)