El cardenal patriarca de Lisboa, Manuel Clemente, ha sorprendido a los creyentes con la publicación de un documento en el que recomienda la abstinencia sexual para los católicos que se casen por segunda vez, así lo informó diario El Mundo.

Según el cardenal, todos aquellos que hayan contraído matrimonio tras haber tenido una unión previamente que podría haber sido “válida” tendrán que someterse al juicio de un tribunal diocesano, que se pronunciará acerca de la validez del matrimonio anterior. Si no se logra que el matrimonio anterior sea declarado nulo, se aconseja que los católicos que se casen por segunda vez mantengan “una vida en continencia”, o de abstención sexual, si quieren seguir siendo parte de la Iglesia católica.

El documento publicado respalda la restricción del acceso a los sacramentos para las personas en estas situaciones en el ámbito matrimonial, haciendo referencia a quienes contraen un nuevo matrimonio tras la terminación de una unión religiosa o civil, y estipula que estas personas solo podrán integrarse nuevamente a la Iglesia “después de recorrer un largo camino de discernimiento”.

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La sorpresiva posición del prelado se da dentro de la respuesta de la Iglesia lusa a la exhortación apostólica Amoris laetitia del papa Francisco, documento que fue publicado en 2016 y que trata sobre el amor en la familia, y que abría la puerta a la adopción de posiciones más “misericordiosas” hacia las que el santo padre calificaba como “nuevas familias”.

La recomendación presentada por la diócesis de Lisboa se enfoca en el carácter condicional de los textos que se refieren a la reintegración de los católicos “irregulares” en Amoris laetitia. El cardenal patriarca señala que se tiene en cuenta esa reintegración plena para “ciertos casos excepcionales”, y no como regla general para todos los católicos que se encuentren en esas situaciones, por esa razón afirma que quienes están en esta situación y no practican la abstinencia no deberían considerarse aptos para recibir los santos sacramentos.

El cardenal además señaló que se podrían tomar como “excepcionales” aquellos que involucren personas que hayan puesto fin a la relación matrimonial por situaciones en las que tienen “responsabilidad y culpabilidad limitada”, como también las situaciones en las que hay hijos que se verían perjudicados por el rechazo de la Iglesia por lo sucedido.

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Pero también expresó que quienes tengan “injusticias no resueltas” de la unión anterior, como también aquellos que se muestren orgullosos de sus nuevas relaciones “como si formaran parte del ideal cristiano” no estarán aptos para ser parte del acto de comunión.

El papa Francisco desde un principio ha mostrado especial atención hacia las familias divorciadas y no excluirlas.

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La Iglesia, de ningún modo, puede renunciar al ideal pleno del matrimonio, el proyecto de Dios en toda su grandeza.Papa Francisco

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