Se metió las manos al bolsillo y sacó una envoltura fina, que abrió y cuyo contenido, un polvo, se llevó a la boca. Era un joven que departía con otros amigos junto a las jardineras del emblemático parque Centenario, del lado de la calle Vélez.

A pocos metros, un hombre que hacía la limpieza vio con inquietud el hecho que se registró cerca de las 09:30 de ayer. Movió la cabeza en señal de desaprobación y siguió con sus labores junto a otros obreros.

El parque Centenario ocupa el cuadrante de las calles Vélez, Pedro Moncayo, Víctor Manuel Rendón y Lorenzo de Garaycoa. En el interior, del lado de Primero de Mayo y a esa hora, otros tres hombres permanecían acostados en las bancas. En otras, unos cuantos ciudadanos conversaban entre ellos.

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“Lo más correcto es que pongan más guardias adentro y pongan más policías. Ningún parque debe estar cerrado, en ninguna parte del mundo”, comentó Galo Cheme, un sobador que desde hace una década se ubica afuera del Centenario.

El hombre se refirió así a la decisión municipal de mantener cerrados tres de los cuatro portones del parque, ya hace meses.

En el primer semestre del 2017 aquella medida se adoptó por un proceso de reparación integral en el área que reposa la Columna de los Próceres de la Independencia del 9 de Octubre de 1820. Y en la actualidad, la decisión obedece a problemas de inseguridad.

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Por el lado de Lorenzo de Garaycoa, en el único acceso abierto se ubican cuatro policías metropolitanos en turnos matutino y vespertino.

Otros dos uniformados se amanecen en el parque, que está abierto de 09:00 a 20:00.

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Pero esa restricción no parece suficiente para erradicar del sitio prácticas indebidas como el consumo de drogas y actos de connotación sexual entre travestis y jóvenes adictos.

Así lo reconoció uno de los metropolitanos, quien dijo que durante la mañana retiran del parque al menos a una veintena de chicos consumidores.

En la tarde, refirió, la cantidad se duplica fácilmente, desde las 17:30, cuando al sitio empiezan a llegar homosexuales en compañía de jóvenes.

“Si nosotros nos ponemos pilas por acá (señaló la calle Vélez), ellos se van para allá (hacia Víctor Manuel Rendón). Es un cáncer esto”, contó el uniformado municipal.

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Él narró que cuando esas personas se ponen problemáticas y se niegan a salir pese a ser encontradas en actos indebidos, piden apoyo de la Policía Nacional para que retiren a esos ciudadanos.

La mañana de ayer, dos de esos gendarmes recorrieron en bicicleta las instalaciones del parque Centenario y sus alrededores. Cerca de las 10:30, los uniformados requisaron a un joven que permaneció dando vueltas en el sitio por más de una hora, al considerarlo sospechoso. Este andaba con una mochila y mientras caminaba en el parque no dejaba de gesticular como si estuviese hablando con otra persona.

Visitantes del Centenario como Ximena Muñoz y Luis Cáceres consideraron que esa acción policial debería ser permanente para dar seguridad en el parque y que así los otros tres portones se reaperturen, puesto que el parque es una especie de atajo que sirve para caminar en el centro, a lo largo de la avenida 9 de Octubre. (I)

La intervención

En el parque Centenario, parte de la reparación integral que se ejecutó a mediados del año pasado consistió en pintar el mobiliario, se repusieron adoquines y se instalaron nuevos cestos de basura. Adicionalmente se instalaron 82 reflectores de 250 vatios, tres veces más de los que había, y se implementaron 28 postes. En el sitio aún permanecen cuatro fotógrafos de antaño que evitaron pronunciarse ayer sobre la restricción actual del parque. No obstante, reconocieron que la asistencia ha disminuido.

Posturas

‘Los accesos se abrirán’

El alcalde Jaime Nebot indicó ayer que los demás accesos del parque Centenario se abrirán a futuro, “pero cuando tenga respuesta de los organismos que existen para controlar dentro de su competencia lo que es suyo”. El personero defendió la decisión de cerrar tres de las cuatro puertas debido a la inseguridad que había allí. Y sobre la citación de la Defensoría del Pueblo ante el reclamo del colectivo Espacios Públicos Libres, dijo no aceptar presiones de nadie.
Jaime Nebot, alcalde

‘Tiene que haber control’

Debía encontrarse con un compañero albañil y como se citaron en el Centenario, Luis Duarte esperaba en una de las bancas del lado de la calle Lorenzo de Garaycoa. ”Me estoy dando cuenta de que está bien arreglado el parque, tenía tiempo que no venía con mi familia, pero veo que las puertas están cerradas (tres). Eso está mal”, opinó. El hombre consideró que debería incrementarse el número de policías en el sector para garantizar la seguridad de la gente.
Luis Duarte, visitante del parque