Una estampita de la Virgen de la Dolorosa permanece en la billetera de Gabriel Manzur Albuja, elegido presidente de la Corte de Justicia del Guayas para el periodo 2018-2020.
A los 16 años, siendo estudiante del colegio Javier, recibió el sacramento de la confirmación y así obtuvo aquella imagen religiosa, que conservó hasta hace dos años cuando la perdió en el robo de su billetera y de otras pertenencias. Manzur, de 44 años, debió reemplazar la estampita de la Virgen de la Dolorosa y su billetera.
Graduado como abogado en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, Manzur señala que la Corte está “más unida que nunca” y que esa fue la razón por la cual sus compañeros jueces lo mocionaron como único candidato al cargo.
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Releva a Pedro Ortega Andrade, de quien espera los balances de su administración.
Manzur cree que el sistema judicial ha cambiado considerablemente en años recientes, pero indica que en su gestión va a continuar con el proceso de mejoramiento, sobre todo en la capacitación al personal.
Comenta que cuando ejercía la profesión, veía que el trato en la Corte hacia las personas no era el adecuado. Asegura que ciertos funcionarios no ofrecían la ayuda necesaria y demoraban la entrega de los resultados de las resoluciones.
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Manzur promete trabajar por “dar el mejor servicio dentro de lo posible, ser lo más justo y ser lo más ágil”.
Evita hablar de política. Comenta que nunca recibió presiones de ese tipo mientras se desempeñaba como juez. “Los jueces no podemos tener una tendencia política”, sentencia Manzur, nacido el 30 de mayo de 1973, casado con Carina Lorandi. Sus hijos son Gabriel, de 8 años, y Agustín, de 4.
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Es aficionado a los deportes. “Me gusta jugar, ver el fútbol, hago medias maratones, corro 21 kilómetros, desde los 14 años hago pesas”, señala, y se confiesa hincha de Barcelona.
“Me ha roto el corazón algunas veces, pero sigo siendo hincha a muerte”, dice riendo.
Tiene un doctorado en la Universidad de Guayaquil y es egresado en una maestría de Derecho Económico Internacional de la Universidad de Chile. Por logística, aún no puede obtener dicho título, dice.
Evoca enseñanzas de Rodrigo Cúper Cortez, su profesor de la materia Propiedad Intelectual, quien lo inspiró a escribir el libro Marcas comerciales y nombres comerciales: naturaleza jurídica, registro, protección y diferencias.
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Laboró en Chile. En el país fue notario trigésimo séptimo y duodécimo de Guayaquil. Desde el 2012 hasta la fecha fue nombrado juez provincial de la Sala de Garantías Penales. En el 2010 fue designado juez sexto de Garantías Penales del Guayas. “El juez es un ser humano, con defectos, con errores, es la persona que está sentada para brindar justicia”, remarca. (I)