María Victoria Peña Tigrero ha empezado paulatinamente a acostumbrarse a su nueva vida. Su estado de ánimo ha mejorado respecto a meses anteriores, en los que trataba de sobreponerse a la tragedia que vivió.

Ella perdió sus dos piernas el 21 de septiembre de 2016, cuando un vehículo la embistió y la aprisionó contra otro, mientras cruzaba un paso cebra en la avenida Los Arcos (km 1,5 de la avenida Samborondón).

Un joven de 25 años fue hallado responsable del accidente y actualmente está cumpliendo una condena de 30 meses de prisión. Él también fue obligado a pagar una indemnización de $ 362.100, tras una sentencia emitida el 7 de octubre de 2016 y ratificada el 10 de enero.

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En ese tiempo, fueron muchas las promesas que le hicieron distintas entidades a María Victoria, al conocer su caso.

Promesas que, dice la mujer, han quedado solo en palabras.

Aseguró que no ha recibido un solo centavo de la indemnización. Ni siquiera han llegado a un acuerdo con la otra parte sobre el pago. “(Los abogados) No se comunican con nosotros desde enero”, manifestó.

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Aunque el IESS sí le está proporcionando medicamentos, ella aún espera que le entreguen las prótesis que le habían ofrecido. Esa entidad no le da respuesta a su solicitud.

“El hecho de no hacer la fuerza normal que hacen todas las personas con las piernas, los huesos se van desmineralizando, entonces pierden fuerza y todo el esfuerzo que estaba hecho (con las terapias) para que yo use las prótesis se está quedando ahí”, indicó con cierta angustia.

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No es lo único que la inquieta. Desde julio no recibe el rubro que le corresponde por parte del seguro.

Ella recibía un subsidio por parte del IESS. Al no ver acreditado su pago, fue a preguntar en agosto al Seguro Social, donde le dijeron que estaba como “cesante” y le habían puesto un aviso de salida.

“Todo ese tiempo (desde el accidente) hasta el 16 de septiembre, yo venía con descanso médico otorgado por el doctor del IESS. Pues resulta que en agosto me entero de que la ANT me ha puesto un aviso de salida”, señaló.

María Victoria indicó que se reintegró a laborar el 18 de septiembre y sigue asistiendo por temor a que la despidan por “abandono de trabajo”. Indicó que desde ese mes no recibe el pago de su sueldo.

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“Si ellos (ANT) no me dan un documento que diga por qué me han desvinculado, yo tampoco puedo hacer una acción legal contra ellos, porque no tengo un documento en firme. Estoy en total indefensión”, dijo la mujer.

La ANT saldó una deuda de $8.280 que mantenía la familia de María Victoria por gastos hospitalarios por el accidente.

A pesar de los inconvenientes, María Victoria dice que el apoyo de su familia ha sido fundamental en su etapa de recuperación, no solo física sino psicológica.

Este fin de año pasará rodeada de ellos y espera que en el nuevo año que se inicia mañana la justicia actúe con celeridad en su caso. (I)

Adecuaciones
Peatonales

Rampas
María Victoria agradeció el aporte del Municipio de Guayaquil, que adecuó el callejón principal para acceder a su domicilio en Sauces 9. Allí colocaron rampas para que la mujer pueda transitar con su silla de ruedas con mayor facilidad desde la calle hacia su hogar. (I)