Saboreando un dulce francés, María Delia Amador compraba panes y postres en El Mono Goloso, que puso su estand en Yummy Shop, una feria gastronómica que se realizó el fin de semana pasado en los exteriores del teatro Sánchez-Aguilar.

Ella fue una de las 5.000 personas que asistieron durante la feria de dos días, en la que participaron unos 60 expositores como restaurantes, emprendedores y artesanos que exhibieron sus piezas talladas para decorar la cocina.

Juliana Dager y María del Carmen Sanpedro fueron las mentoras de este evento. “Ambas vivimos en el extranjero por un tiempo y tuvimos la experiencia de asistir a ferias similares o mercados al aire libre relacionados con la gastronomía y nos gustó la experiencia”, cuenta Juliana

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“Una de las que más nos marcó y a partir de la cual nació la idea de hacer una feria así fue la feria Madrid, en España, donde a más de los estands había food trucks por los alrededores, recreando un ambiente que se convertía en un punto turístico”, añade.

Es así como al regresar decidieron organizar una feria netamente culinaria, pero fusionada con la idea del mercado al aire libre, por lo que para el evento crearon un alianza estratégica con la Feria Bonaterra, que se realiza cada quince días en Los Ceibos, la cual ofreció sus frutas y verduras orgánicas.

“Me gusta que se haga este tipo de eventos vinculados a la comida porque estás probando cosas distintas junto a la familia en un lugar seguro”, comentó Juan Torbay.

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En el evento se respiraba un aire muy familiar, no solo por los grupos o parejas que se amontonaban en cada estand para comprar algún bocado, sino también por aquellos que disfrutaban de un picnic en el área verde de la explanada, algunos incluso llevaron a sus mascotas.

En la feria hubo gran variedad de propuestas como la del restaurante El Almacén y su comida italiana; o la de Bombay Masala y sus alternativas hindúes, así como helados elaborados con alcohol, salsas, chimichurri artesanal, bebidas desintoxicantes naturales, hamburguesas, comida internacional, y así como utensilios de TK +.

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“Es superchévere que la gente venga y consuma cosas que se hacen aquí, eso ayuda a la economía local”, expresó Antonio Jurado. (I)