Durante una visita a Afganistán, el millonario Tony Stark es atacado, pero sale ileso gracias a la intervención de un joven marine, el teniente Killmonger. Así, nunca llega a ser herido de muerte, y en vez de dedicarse a construir el reactor y las armaduras que serán su salvación y su identidad de superhéroe, decide crear armas cada vez más potentes para seguir con la guerra.

Stark da rápidamente su respaldo a Killmonger, después de que este le informa que lo que sufrió fue en realidad un intento de asesinato planeado por su socio principal, Obadiah Stane.

En gratitud, Stark decide hacer de Killmonger su mano derecha y concretar su proyecto de posgrado: un dron de combate automatizado, o como el millonario reconoce, “el Gundam más costoso del mundo”. Ya que en esta realidad alterna el reactor en miniatura nunca llega a desarrollarse, necesitan una fuente de energía, en este caso el vibranio, ese metal raro que solo se halla en Wakanda y que forma parte del traje de Pantera Negra y del escudo del Capitán América.

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En esa búsqueda, Stark y Killmonger se ponen en contacto con el traficante Ulysses Klaw, en enemistad directa con Pantera Negra. Las decisiones del joven soldado provocan un conflicto internacional entre el Ejército de Estados Unidos y Wakanda.

La mezcla de inocencia y sabiduría wakandiana contrasta con la astucia y sangre fría de Killmonger, quien ha estudiado en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) y ha trabajado con Industrias Stark.

Killmonger idealiza el lugar donde nació pero donde no llegó a crecer, del cual solo conoce la versión que le contó su padre, una historia de poder absoluto. Ha sido entrenado como soldado de misiones de alto riesgo, es decir, como un asesino, y su desdén por la vida de las personas lo vuelve un personaje temible y trágico, o como le explica T’Challa, en alguien inestable, como el poder que ha robado.

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¿Cómo terminará el enfrentamiento entre el Ejército más poderoso del mundo y la nación más avanzada en tecnología del planeta? En la destrucción inicial, por supuesto, pero esa es solo la primera batalla. Aquí es donde What If…? nos regala un final abierto, y deja la posibilidad de la paz en dos personajes secundarios, algo que se ha ido convirtiendo en un tema recurrente a través de la serie. (E)