Esta noche, los cocineros aficionados recibieron una clase maestra del chef Samuel Ortega, originario de Saraguro y propietario del restaurante Shamuico. El invitado mostró paso a paso cómo reinterpretar un plato tradicional ecuatoriano: el cuy.

“Para nosotros el cuy es un producto representativo, culturalmente está presente en todas las reuniones familiares”, explicó Ortega. “Quiero transmitir mi cultura de Saraguro en un plato para que las personas al comer se lleven ese recuerdo”, comentó.

En lugar de servirlo entero, como se suele hacer popularmente, la técnica del chef invitado abarcó deshuesar el animal y rellenarlo con una preparación de sus vísceras. Sin embargo, la preparación final quedó en manos de la creatividad de los participantes, aunque sí debían esforzarse por mostrar respeto a los ingredientes y la proteína, así como vigilar el tiempo de cocción para evitar que quede cruda y servirlo caliente pues al enfriarse, según explicó Ortega, es imposible de comer.

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Foto: MasterChef Ecuador (Teleamazonas)

Tras cumplir los 45 minutos que se asignaron para prepararlo, la primera en pasar al atril fue Raquel quien presentó una combinación con pesto que fue del gusto del jurado. Andrés eligió unas croquetas de cuy sobre una cama de mote pillo y habas. El jurado resaltó su creatividad.

César obtuvo uno de las evaluaciones más bajas de la noche cuando el jurado no pudo probar su plato porque la carne de cuy estaba cruda y el resto de ingredientes carecían de sazón. Aunque ningún concursante alcanzó una preparación perfecta, sí lograron destacarse también Daniela y David.

Tras deliberar, el jurado decidió que Raquel, David y Andrés subieran al balcón y no tendrán que cocinar en el reto de eliminación de mañana.

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La presentación final y los sabores del plato de David jugaron a su favor.

A Ernesto, quien protagonizó un enfrentamiento con el chef Jorge Rausch en el episodio anterior, no se le permitió cocinar en el reto de salvación y pasó directamente al reto de eliminación.