Dos amigos ‘Perdidos’ se presentan en la Casa Cino Fabiani todos los viernes y sábados

¿Qué haría si a su mejor amigo le gusta su esposa?, con esta pregunta arranca Perdidos, obra teatral que se presenta los viernes y sábados en la Casa Cino Fabiani, con la dirección de David Morejón y las actuaciones de Pancho Aguiñaga y Andrés Olmedo.

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La dramaturgia es del español Ramón Madaula, quien concibió el texto en catalán para estrenarla en Barcelona. La adaptación al idioma castellano para las funciones en Guayaquil la realizó Roberta Pasquinucci.

La historia presenta a Luis y Juan, dos empleados bancarios que trabajan en la misma oficina y que tienen como tradición irse de after office, en lugar de llegar a tiempo a sus respectivos hogares. Un día este par de amigos invitan a una de estas salidas a sus esposas, y lo que empezó como una pregunta inocente termina convirtiéndose en la causante de un momento incómodo.

“Por cosas del día a día no están conectados con sus esposas y comienza esta mentalidad, que se inicia como un juego, hasta que en algún momento se vuelve realidad y con un desenlace, con esta pregunta que incendia toda una relación de amistad e incendia a una familia”, narra Morejón, quien menciona que la puesta en escena es el resultado de un mes de ensayo durante tres a cinco horas diarias.

El director dice que la obra deja a la luz temas sobre las relaciones y situaciones laborales, las relaciones familiares y la amistad. “¿Hasta cuánto un amigo puede aguantar al otro? ¿Qué tanto puedes perdonar a un amigo?”, plantea Morejón.

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Del mismo modo, la imagen de la mujer está presente todo el tiempo en la obra, afirma. “Por más que no haya actrices en escenario, son el tema esencial, si quitamos a estas mujeres de la obra, no hay obra. Es un papel superimportante por más que no esté físicamente una actriz”, expresa Olmedo, quien da vida a Luis.

Describe a su personaje como alguien que sigue órdenes en contra de su voluntad. “Es medio ‘mandarina’, pero es de los que no quieren estar donde lo mandan. Entonces tiene esta ambigüedad. Él no quiere irse del trabajo a su casa, quiere hacer más tiempo en otro lado, no quiere amargarse mucho la vida, pero a la vez hace cosas bajo presión que le pueden costar mucho”, detalla el actor graduado en el Estudio Paulsen.

En tanto, Aguiñaga, quien personifica a Juan, lo define como un hombre que está aburrido de su propia vida, aunque no lo admita. “Siempre tendrá alguna manera de sorprenderte dónde él es mejor y por lo general, en casi todas las cosas, te hará sentir que la tiene más clara que tú”, añade el actor sobre su personaje.

A esto le suma otros calificativos como calculador nato, hipócrita, mal perdedor, pero que en el fondo no deja de ser un buen amigo. “A veces se le pasa la mano usándote para sentirse un poco mejor”, enfatiza.

Es así como Morejón considera que es una obra que lleva a una reflexión profunda bajo el género del humor. “Estos personajes buscan que sus vidas sean más interesantes, ellos sienten que no son los protagonistas de sus vidas”, dice.

“Todos se podrán hallar indistintamente en mi personaje o en el personaje Luis, caracterizado por Andrés Olmedo. Son la mezcla perfecta de lo que somos como humanos, con altos y bajos, con riquezas y miserias, con pros y contras”, dice por su parte Aguiñaga.

Las funciones serán hasta el 11 de diciembre, los viernes y sábados a las 20:00, en la Casa Cino Fabiani (barrio Las Peñas, calle Numa Pompilio Llona). La entrada tiene un costo de $ 20. Reservaciones al 099-469-3323.

Al ser una coproducción con el Teatro Sánchez Aguilar tendrá una temporada en sus escenarios en enero de 2022.

Sobre el director

Morejón, quien tiene una carrera como cineasta, sostiene que es la primera obra que dirige formalmente. Antes ha estado en otras producciones desde la asistencia de dirección. Empezó en el 2015 con la obra Guayaquil, una historia de amor, en el Teatro Sánchez Aguilar. Luego continuaron otras presentadas en el mismo escenario, como Julio, el musical de JJ; Dignidad, El cíclope y Las mujeres de verdad tienen curvas.

Fue productor ejecutivo de la obra La canción de la liebre, en el Estudio Paulsen. Además ha trabajado con directores internacionales como Santiago Sueiras, Ignasi Vidal, Sebastián Sánchez, Fernando Rubio y Anna Furstenberg.

Su trabajo también se ha visto reflejado en la luminotecnia. Ha laborado haciendo luces para bandas de música como Dapawn, Abbacook y Cometa Sucre. (I)