Empezaba junio de 1992 y un joven de veintinueve años, oriundo de Rosario (Argentina), lanzaba su séptimo álbum de estudio. Venía de superar una época oscura de su vida: el asesinato de su abuela, su tía y la empleada doméstica de aquella casa. El dolor de aquel traumático hecho iba disipándose y Fito Páez había encontrado inspiración entre distintas situaciones, una de esas su relación sentimental con la reconocida actriz y chica almodóvar Cecilia Roth, quien luego sería madre de su hijo Martín.

El amor después del amor se compone de catorce canciones inolvidables que aun tres décadas después siguen siendo coreadas en reuniones de adolescentes, adultos y distintas generaciones.

Éxitos como Un vestido y un amor, A rodar mi vida y, por supuesto, la inolvidable Brillante sobre el mic pertenecen a la memoria colectiva del cancionero de habla hispana, ya que, si bien es el disco más vendido del rock argentino (con más de un millón de copias hasta 2012), resuena en los oídos y corazones de todos quienes puedan entender sus emotivas líricas y cautivadoras melodías.

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Un proyecto que desde su gestación apuntaba a ser algo trascendental, ya que contó con una lista privilegiada de colaboradores, desde tener a músicos como Tweety González (recordado por su trabajo con Soda Stereo) o el legendario bajista Guillermo Vadalá hasta invitados estelares, como Luis Alberto Spinetta, Mercedes Sosa, Charly García y demás. Fue un conjunto de elementos clave para el inevitable éxito.

Treinta años después, Fito ha anunciado celebraciones a lo grande, una gira, una nueva grabación con invitados pertenecientes al panorama musical actual y una serie biográfica en Netflix. Sumado a todo esto, en su cuenta de Instagram (@fitopaezmusica) ha compartido imperdibles videos en los que relata historias y anécdotas de cada uno de los temas de este álbum, que sin duda alguna debe ser escuchado por lo menos una vez durante este paso en la vida.

Como dice la canción homónima: “Nadie puede y nadie debe vivir sin amor”.