La solapa delantera de su libro no lleva la tradicional presentación del autor; en su lugar, Óscar Vela exorciza de entrada el amargo sabor de la injusticia. “Me atormenta la idea de que todos los recursos legales salgan mal una vez más y que Nelson termine sus días en ese cuarto tétrico llamado sala de ejecuciones, observado por varios morbosos como un animal de circo...”, escribe en Los crímenes de Bartow, su novela publicada recientemente.

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La obra cuenta la historia de Nelson Iván Serrano, un exempresario ecuatoriano que fue acusado de un cuádruple crimen perpetrado un 3 de diciembre de 1997 en la ciudad de Bartow, Florida. Hoy, Serrano, con 83 años de edad y 18 de ellos en la prisión, es el prisionero más longevo del corredor de la muerte en los Estados Unidos.

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“No hay ficción en la novela, se cuenta tal como han sucedido las cosas; la parte de los crímenes mismo, del hecho brutal de los cuatro asesinatos, es la que consta en los expedientes judiciales, pero con la mirada de un abogado, un escritor y de muchas otras personas que me han ayudado a descubrir cosas allí verdaderamente siniestras”, afirma Vela en una entrevista con este Diario.

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Sus 341 páginas están repartidas en cuatro partes, que arrancan con la descripción de los hechos, entre esos, el momento cuando, en el 2002, Serrano fue secuestrado, torturado y ocultado en una jaula de perros, para ser sacado de Quito en un vuelo comercial “por dos agentes norteamericanos, más unos policías corruptos ecuatorianos”, que lograron trasladarlo ilegalmente a Miami, menciona Vela.

‘Los crímenes de Bartow’, de Óscar Vela.

Además, el libro brinda detalles del juicio (con testimonios incluidos), su proceso como escritor y abogado del caso, y muestra la correspondencia entre ellos. Cuento cómo vive cada día de esta vida encerrado en una celda de 2x3, qué piensa, qué siente, qué temores tiene, hasta llegar a concluir cuál es la teoría original mía del caso, cuál es la teoría de la fiscalía, por qué condenaron a Nelson”, describe el abogado y novelista.

“Terminamos descubriendo a los verdaderos asesinos, terminamos descubriendo cuál probablemente fue la realidad de este crimen, quién lo pensó, quién lo imaginó, quién lo ordenó y contra quién iban dirigidos… Historias muy extrañas que terminan rodeando a esta novela”, añade Vela, quien estos datos reveladores podrían ser claves para los procesos judiciales futuros.

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En 'Los crímenes de Bartow', Óscar Vela incluye documentos que podrían ser definitivos en los futuros procesos judiciales de Nelson Serrano.

El autor de otros libros, como Náufragos en tierra (2017) o Ahora que cae la niebla (2019), dice que su interés por esta historia nació precisamente por escribir sobre algo que le parecía tremendo y curioso. “Investigué, me metí en esta historia, revisé muchas cosas, luego tuve la oportunidad de conocer a la familia, de hacerme amigo de ellos, de su hijo Francisco, y de conocerle a él personalmente (Nelson Serrano) en el año 2019, lo visité, viajé al ‘corredor de la muerte’, a la prisión de Raiford. Allí decidí escribir esta novela. Luego me involucré como abogado, les ayudé y les sigo ayudando en lo que puedo desde acá, desde el Ecuador, con las limitaciones que eso implica”, cuenta.

“Había ese olfato de periodista frustrado, y claro, cuando tú te metes en una historia como esta y comienzas a comprender que lo que ha sucedido allí es muy extraño, muy oscuro, que hay actos de corrupción tremendos, que hay actos de perversión tremendos, que este sistema judicial de los Estados Unidos, y sobre todo el de Florida, está viciado, por todos temas: políticos, electorales, corrupción; y que al final un hombre como Nelson pagó las consecuencias de eso y sufre hasta hoy esa consecuencia, cuatro penas de muerte que lo tienen encerrado”, continúa.

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Vela espera que su libro sea un documento vivo para clamar justicia y velar por los derechos humanos. “Espero que sirva para levantar la voz, para que al menos la gente que lea la historia tenga claro que se está tratando de un caso increíble de injusticia; hay un inocente en prisión…”, expresa.

El Gobierno ecuatoriano tiene mucho que hacer para que nuestro compatriota sea liberado, hay un deber del Estado ecuatoriano de proteger a Nelson”, enfatiza.

Vela describe a Serrano como un hombre tremendamente fuerte, que espera que su nombre sea reivindicado. “Él lo único que quiere -y ojalá se cumpla- es algún día salir y volver a ver la luz, y sobre todo volver a su país, y ver los campos, sueña con eso”, comparte.

Los crímenes de Bartow ya se encuentra a la venta en librerías del país.

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Sobre el caso

Foto de archivo del ecuatoriano Nelson Serrano condenado a muerte en junio del 2007, acusado de la muerte de cuatro personas.

El 27 de junio de 2007 el empresario ecuatoriano nacionalizado estadounidense, Nelson Iván Serrano, fabricante de transportadores de ropa, fue condenado a cuatro penas de muerte, después de que el juez lo acuse por los asesinatos de George Gonsalves, de 69 años; Frank Dosso, de 35; Diane Patisso, de 28; y George Patisso Jr., de 26, todos cometidos el 3 de diciembre de 1997 en Bartow, Florida.

Serrano, Gonsalves y el padre de Dosso, Felice, fueron socios de Erie Manufacturing Inc., una fábrica de transportadores de ropa para lavanderías hasta que una disputa por dinero llevó a que Serrano fuera despedido de su cargo de presidente de la firma en 1997.

La relación con los socios se deterioró en junio de 1997 tras el reclamo de Serrano por la pérdida de $ 1 millón de la contabilidad del negocio. Sus socios Gonsalves y Dosso, quienes sospechaban de que Serrano se había apropiado de $ 250.000, le quitaron el cargo de presidente de una filial, le redujeron el sueldo y despidieron de la compañía a su hijo Francisco.

Serrano abrió su propio negocio y demandó a sus ex socios. (I)