A los 12 años, Cristian Cevallos De la Torre está pensando en su segundo libro del género fantástico. Sí, el segundo. El primero acaba de publicarse. Es Peterson Chase y un caos gigante, una historia con magia, criaturas legendarias y con tres niños ingeniosos en los roles protagónicos.

Ya en la página 1, Peterson está despidiéndose de sus mejores amigos, Greg y Bill, porque su familia tiene que mudarse a un barrio más seguro, en busca de una vida tranquila. Y sin embargo los que se van juntos son los tres niños, en un tren salido de la nada que los lleva a un país helado, algo para lo cual no están preparados tres habitantes de la Costa ecuatoriana.

'Peterson Chase y un caos gigante', relato juvenil de 113 páginas, editado en Ecuador por Lux et Gaudium. Foto: Cortesía

La acción empieza enseguida, pues los amigos tienen que ayudar a la gente de la Isla Oculta (un lugar en mitad del océano Pacífico) a librarse de la amenaza de un ogro, y de paso ayudan a su propio mundo, pues evitan que el ogro rompa el cerco mágico y llegue al continente. No es problema para tres chicos capaces de montar en un mamut, escapar de una tribu de árboles enfurecidos y convertirse en discípulos de un centauro cuya primera enseñanza ante la violencia es evitar la pelea.

Publicidad

Los habitantes de Isla Oculta viven en un ambiente de opresión por parte del ejército del ogro. Tienen miedo de salir de sus casas, y no pueden defenderse. Así empieza el entrenamiento de Peterson Chase y sus compañeros, aprendiendo el idioma ogrés, tomando unas clases de parkour, buscando sus armaduras y tratando de reunir a un ejército. Aunque deben separarse debido a la persecución del ogro, conocen nuevos aliados y deciden seguir con su misión.

¿Cómo empezó esta historia? Con Cristian, el segundo de tres hermanos, como lector. “Yo quería un personaje como el de los libros que leía. Pero la idea de mi libro en sí fue por un sueño que tuve y desde entonces, poco a poco fui imaginándome un mundo. Entonces se lo conté a mi tío, que también es mi tocayo, y él me dijo: ‘Te reto a que escribas un libro’”.

Tenía 7 años y el sueño involucraba a un ogro gigante con piel fucsia, vestido con ropa de cavernícola, que derribaba un bosque de hongos gigantes. “Yo estaba en ese bosque y corría para salvarme”.

Publicidad

Cristian confiesa que en esos años solo escribía cuando sentía el impulso. “Por eso me demoré tanto”, dice de los cinco años que pasaron desde entonces hasta la publicación. “Ya hace tiempo tenía ganas de crear una historia como las que leía, así que le pedí un cuaderno a mi mamá, le dije que iba a escribir un libro y decidí empezar. ¡Ya me imaginaba como un autor reconocido y famoso, la idea de parecerse a los grandes autores ardió en mi interior!”.

Cuenta que había pensado que al terminar el manuscrito solo faltaría imprimirlo. A los 11 años estaba buscando junto con sus padres la manera de llevar la historia a la imprenta. Pero se dio cuenta de que lo que tenía en sus manos era solo un borrador.

Publicidad

Julián Peñaherrera, Rosalía Arteaga Serrano, Cristian Cevallos De la Torre y Mike Posligua en el evento de lanzamiento de 'Peterson Chase y un caos gigante'. Foto: Cortesía

La primera reflexión fue que la primera parte, en la que los niños viajan al mundo mágico, era demasiado parecida a Narnia. “Muchos de los elementos que ponía también se asemejaban a otros libros. Tuve que ir haciendo algunos ajustes en el camino”.

Si su tío lo desafió a escribir, su mamá lo motivó a seguir. “Nunca dejé de leer y cada vez que leía nuevos libros y veía películas, mi mente se abría y conseguía nuevas perspectivas e ideas. Tenía claro el objetivo: hacer un libro de mínimo cien páginas, y mejor si se convertía en una saga. Fue evolucionando, al principio era de lo más simple y poco a poco adquirió mayor complejidad”.

Pero no todo fue entusiasmo, pues Cristian tuvo una etapa a la que llama “la edad oscura”. Como iba cumpliendo años, empezó a leer un libro que tenía drama y tragedia. Y lo llevó a pensar que para hacer una buena historia, alguno de sus personajes tenía que morir. “Así pasé un buen tiempo, hasta que maduré un poco y encontré mi equilibrio. Me volví más sabio y aprendí nuevas emociones que me permitieron hacer ajustes”.

¿Qué otras cosas reveló la escritura? Que avanzar tiene un costo. “Me distraía bastante y todas esas cosas”. Cuando cumplió 11 años, estando cerca del final, entendió lo que eso significaba. Pronto tendría su libro. “Me acuerdo de ese día: estaba en el cuarto de mis padres, escribiendo, inspirado. Me di cuenta de que iba a terminar el libro. ¡Ya solo faltaba un párrafo! Pero quería descansar la mano y dejar de escribir. Me obligué a seguir escribiendo. Faltaban tres… no, dos… no, ¡una palabra! Y la escribí”.

Publicidad

Su mamá fue su primera lectora de prueba y correctora, pero hacía falta afinar, y así dieron con el editor especializado Arturo Cervantes y con el ilustrador Carlos Lucas. “Fuimos editando mis errores y añadiendo más ideas, y al final quedamos con algo superchévere”. Después de ese trabajo, descubrió mucho sobre la revisión (que tuvo que hacer varias veces) y la corrección del manuscrito.

Y aún faltaba más, pues empeñados en cumplir ese sueño, los Cevallos De la Torre decidieron iniciar el sello editorial Lux et Gaudium (luz y alegría). Por eso Cristian dice que su mamá es su editora oficial, y él es uno de los primeros talentos de la firma, junto con su abuela, la artista plástica Mae De la Torre. “Mi mamá buscó ayuda y aprendió a editar ella misma, como yo aprendía a escribir. Ahora acabo de firmar con ellos”.

El evento de presentación de esta novela corta también tuvo un toque especial. Lo acompañaron sus padres, Adolfo Cevallos y Ana Cristina De la Torre. “Como todo proyecto, la clave del éxito es tener claro su propósito, la constancia y encontrar un equipo de trabajo que lo acompañe”, dice Ana Cristina. “En este caso nosotros pudimos llevarlo en búsqueda de ese sueño cumplido”.

En cuanto al origen de su interés por la ficción, Cristian se lo atribuye a su padre, a quien describe como “demasiado lector, superfanático de la ciencia ficción y de la fantasía. Muchas de esas pasiones me heredó”. ¿Y qué recibió de su mamá? “El don de viajar al cielo y volver, por eso es que a veces me dicen que estoy en las nubes”.

Pero también da crédito a su hermano mayor y a sus intensas sesiones de juego en las que se disfrazaban y creaban sus propias aventuras. “Después fui yo quien jugaba con mi hermano menor”. Recuerda bien su primer preferido: Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el ropero, de C. S. Lewis. Fiel a su línea, cuenta entre sus autores favoritos a J. K. Rowling (autora de la saga de Harry Potter) y a Rick Riordan (creador de Percy Jackson y su serie de libros sobre la mitología griega). “Desde aquel día empecé a leer y no he parado”.

Pero estábamos hablando de la presentación, en la que intervino la expresidenta Rosalía Arteaga, y contó con la asistencia del poeta argentino y premio Nobel de la Paz Ernesto Kahan. Y también con otros talentos tan jóvenes como Peterson Chase y sus compañeros. Julián Peñaherrera, amigo y compañero de colegio de Cristian, llevó la reseña de la obra y del autor. Y el saxofonista Mike Posligua musicalizó el evento.

El próximo objetivo de Cristian es la continuación de Peterson Chase y un caos gigante, para cerrar la historia y reunir a los héroes, y saber de una vez por todas si el violento ogro logró llegar a Ecuador continental. “Tenía pensado que fueran dos partes, pero vamos a ver si me alcanza”, dice Cristian, pues parece que en su mente, la historia sigue creciendo; “no sé cuánto tiempo va a tomar escribirlo todo”. Mientras tanto, sigue sumergiéndose en la lectura de otros temas que le interesan, como el comportamiento de los animales, la arqueología y la mitología.

La edición en tapa blanda con dedicatoria del autor se puede obtener escribiendo al 099-274-9865. Se la puede encontrar en español o traducida al inglés o en formato electrónico visitando la página web Guardianes del Conocimiento y también en Amazon. (E)