En la página web de Virginia Vallejo García, periodista y autora colombiana, se indica asilada política en los Estados Unidos desde 2010. Es conocida por su carrera en los medios de comunicación, sus denuncias de corrupción contra la clase política, y el libro Amando a Pablo odiando a Escobar, en el que describe su relación sentimental de cinco años (1983-1987) con Pablo Escobar Gaviria y los vínculos del jefe del cartel de Medellín con los presidentes Alfonso López Michelsen, Ernesto Samper, Álvaro Uribe y la familia de Juan Manuel Santos. Asimismo, las relaciones de los carteles con los grupos rebeldes y los escuadrones paramilitares, y el rol de las fuerzas armadas y los dueños de la gran prensa en procesos de corrupción.

La comunicadora mantuvo una entrevista con radio City en la que habla de su polémica relación, sus libros y sus nuevos proyectos.

“Si hubiera sacado Amando a Pablo, odiando a Escobar, estaría muerta”

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Cuando uno se encuentra con alguien que ha sido escritora, periodista, locutora y presentadora de televisión, de por sí busca la manera de comunicarse con ella, pero si a este personaje se le suma haber mantenido un romance con quien fuera uno de los narcotraficantes más reconocidos de la historia, Pablo Escobar, la entrevista se vuelve inevitable. Es por eso que por los micrófonos del programa radial Así amaneció (transmitido de lunes a viernes, de 07:00 a 10:00 por radio City, 89.3 FM) pasó la colombiana Virginia Vallejo comentando, entre otras cosas, sobre su libro Amando a Pablo, odiando a Escobar (2007) y muchas de sus vivencias que han trascendido en el tiempo.

¿Cree que su libro tuvo más impacto en su momento o los años le han dado más fuerza?

Quizás tenían que pasar los años, porque debía tomar más fuerza y mostrar la evidencia de cómo ocurrieron ciertas cosas, además el libro no es solamente una historia de amor. Es sobre la corrupción y sobre cómo cuatro presidentes de Colombia se convirtieron en socios de los carteles fundadores de Medellín y de Cali. Entonces, obviamente esos presidentes y esos gobiernos se iban a ir en mi contra, pues son inconmensurables frente a una persona sola que no podía defenderse de ellos. Incluso trataron de matarme, y por eso soy ahora una asilada política en Estados Unidos.

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¿Cómo se dio ese intento de asesinato?

Trataron de matarme en el año 2009, porque después de que salió mi libro, la justicia colombiana reabrió los llamados procesos del siglo: la toma del palacio de justicia y el asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán, antes estaban cerrados, pero con mis denuncias, los reabrieron y me obligaron a testificar. Yo había llegado a Estados Unidos en un avión especial de la DEA. Ellos me trajeron aquí para un especial que salió en los medios de todo el mundo para salvarme la vida después de haber denunciado a un candidato presidencial del asesinato de otro candidato presidencial, y me iban a matar. Cuando llegué pedí asilo político. Y cuando salió ese escándalo, los presidentes no esperaban que el libro se tratara sobre ellos. Cuando testifiqué en el primer caso (sobre el palacio de justicia) no me dijeron nada, pero cuando iba a testificar en el segundo caso (sobre Galán) echaron un carro para matarme. Terminé en el hospital. Me salvé por un segundo de estar muerta. Estuve en un hospital durante mucho tiempo y esa fue la razón principal por la que me dieron asilo político, además de las amenazas del gobierno de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos.

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"Gracias a Dios, tengo la Virginia Vallejo oficial en Instagram, donde puedo comunicarme con la gente". Foto: virginiavallejo.com

Cuando la jueza vio esas pruebas, ochocientas páginas de pruebas, dijo: Yo no he visto más atrocidades como las que usted ha escrito en sus testimonios y no he visto tal difamación de una persona inocente por haber escrito un libro exitoso. Por eso usted ahora está protegida y puede seguir viviendo en Estados Unidos.

Ahora me convertí en novelista y estoy escribiendo mi primera novela de una trilogía que creo que va a ser más exitosa que el primero.

Tenemos mucha expectativa de leer esa trilogía. ¿Qué repercusiones tuvo para usted la publicación de su primer libro?

Pues lo publiqué aquí en USA. Obviamente si hubiera sacado ese libro en Colombia, estaría muerta. Cuando llegué aquí empezaron los ataques y las amenazas. Las ponían tranquilamente en los medios de comunicación colombianos. Había uno que me decía ¿por qué usted no se suicida antes de que termine en la calle?

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¿Cuáles han sido las contradicciones o las mentiras que más le han molestado de las plataformas digitales, de las series que se han realizado y que han querido representar con ciertos personajes?

Bueno, primero que todo, yo nunca estoy reunida con sicarios, ni más faltaba…

Pablo y yo teníamos una relación increíblemente privada. Él me había salvado la vida y me había dicho que yo iba a ser dizque su Manuelita, porque en el fondo soñaba que algún día podría ser el libertador. Sé que eso es delirante, pero de todas maneras es un homenaje, porque yo adoro al libertador y a Manu. Para mí fue muy emocionante ese amor que él demostraba por mí. Nunca nos veíamos delante de sicarios, ni del primo ni la familia. Nada de eso. Él era un hombre casado. Yo sé, era un hombre casado y yo era la estrella número uno de televisión en aquellos días. Entonces no nos veíamos delante de absolutamente nadie y en las series jamás ponen la corrupción de los presidentes que descubrieron a Pablo antes que yo. Aunque yo lo puse en el plano nacional, hasta cuando salió en mi programa de televisión nadie sabía quién era. Pablo escobar un político conocido en Medellín. Nada más. Entonces, lo puse en el plano nacional, pero ya antes lo había descubierto el presidente Alfonso López, a quien le había pagado parte de su campaña. Nada de eso aparece en esas series. Ponen a la mujer de Pablo Escobar como una santa y yo como la villana, cuando es al revés, yo jamás he cometido un crimen. Mi crimen fue denunciar la corrupción política y la mujer, pues nunca ha sido una señora elemental, pero sí muy hábil para lavar activos. En este momento está en Argentina junto con su hijo, esperando otro nuevo proceso de lavado de activos.

Nada de eso se ve en estos programas. Son una cantidad de cosas que no tiene nada que ver ni con mi vida ni con mi libro, pero gracias por preguntar y darme la oportunidad de contarle eso a mi público de Ecuador, que yo quiero mucho.

En algunas entrevistas ha mencionado que cuando Javier Bardem compró los derechos de su libro para realizar la película Loving Pablo la traicionó. ¿De dónde viene este comentario?

Qué maravilla de pregunta. Es una historia divina.

El 17 de octubre de 2012, Javier vino a Miami junto con su asesor a invitarme a cenar y a ver si podía darles los derechos. Yo había declinado en ese momento a catorce compañías de cine, incluyendo a Brian De Palma (Scarface), pero en ese 2012 el asesor de Javier me mandó a correos electrónicos diciéndome que Penélope Cruz me interpretaría. Yo dije, bueno, es la actriz seguramente más famosa y conocida en el mundo entero. Al menos yo creo eso, no lo dudo. Javier haría el papel de Pablo y dije bueno, hablamos, cenamos y quedamos en que íbamos a hacer la película. Luego me pagaron un adelanto, ya que supuestamente el proyecto arrancaría en 2013. Pasaron los años y resulta que se volvieron socios de la familia de Juan Manuel Santos Calderón, el que trató de matarme. Se volvieron socios del primo hermano, un primo, un tipo Calderón, para coger los derechos y acabar conmigo. Entonces, Javier Bardem en una entrevista dijo que le habían dicho que no hicieran una cosa que el pueblo colombiano no considerase glamorosa. Pues yo era glamorosa, obviamente, en aquella época. Además, una belleza, estamos hablando de hace muchos años cuando yo era muy joven, obviamente ahora soy una persona mayor, pero me veo todavía dignamente. Sin embargo, luego (en la película) se ve a Penélope (Cruz) en un papel acariciando a un policía de la DEA, una cosa espantosa, como si Javier (actuando de Pablo Escobar) fuera un hombre de 80 años y ella una mujer de 50 años. Horrorosos los dos. Cuando en aquella época, cuando yo conocía a Pablo, él tenía 32 años. No era ese monstruo que ponen en las telenovelas con esa peluca de bucles.

"Pablo y yo teníamos una relación increíblemente privada". Foto: virginiavallejo.com

Volviendo al tema de Javier Barden y Penélope Cruz hicieron una película espantosa, a pesar de que les di los derechos para que hicieran una cosa fiel, una cosa bien hecha como Dios manda y ganar los Oscar, porque además le dije a Javier que si hacía bien a Pablo, se iba a ganar el Oscar y si Penélope hacía una cosa conmovedora basada en mí, en mi sufrimiento, en el dolor, en el amor, todas esas separaciones con Pablo, todo lo que pasa al final, también se podían ganar un Oscar, pero no; prefirieron más bien ser socios de Juan Manuel Santos Calderón, sin mandarme absolutamente un centavo bajo el argumento de que su película había sido un fracaso.

¿Cuándo tendremos más de Virginia Vallejo? Cuéntenos un poco más sobre esta trilogía mencionada.

El libro es una novela. Es mi propio Macondo, como el de García Márquez, no sé si tú has leído a García Márquez. Es otro país imaginario donde viven esa cantidad de dinastías del poder, incluyendo el narcotráfico, los guerrilleros, los paramilitares, los multimillonarios. Todos esos personajes aparecerán en esta trilogía. No te puedo contar los títulos porque se los pueden robar los enemigos míos.

Tengo que trabajar con una máquina de escribir para que no lo intercepten y no lo puedan robar. Así de grave es la persecución y la interceptación de todas mis comunicaciones. Por ejemplo, en este momento yo no puedo entrar a mi cuenta de Facebook porque un hacker tomó control de mi página. Gracias a Dios tengo la Virginia Vallejo oficial en Instagram, donde puedo comunicarme con la gente.

Creo que estaré terminando las novelas para diciembre, espero. Estoy muy contenta de escribir otra vez, la única cosa buena que me dejó Pablo Escobar. Bueno, aprendí muchísimas cosas y si no hubiera sido por mi relación con él no hubiera sabido nada de esa corrupción.

Usted siguió trabajando hace poco como periodista, volvió al periodismo en la cadena RT, ¿cómo fue su experiencia?

Esto fue una maravilla y un dolor. Cuando llegué a Estados Unidos trabajé como columnista para un medio de oposición de Venezuela que se llamaba Sexto Poder, pero luego Hugo Chávez detuvo al director del periódico, lo encarceló y cerró completamente el medio, entonces no volví a ser columnista. Luego apareció el canal ruso (RT). Era el único medio, seguramente de izquierda, centro izquierda, pero muy objetivo que se veía en toda Latinoamérica, porque la mayoría de los medios de Latinoamérica, sobre todos los canales de televisión, son de derecha. Son republicanos de extrema derecha y odian todo lo que sea izquierda. Ese era un canal muy exitoso. Cuando salió mi libro en ruso y salió la película me dijeron que que lo habían visto 1′000.000 de personas, pero no recibí ni un centavo de regalías ni del libro en Rusia ni de la película. Lo cierto es que me contrataron. Me pagaron una pequeña fortuna, porque era el medio oficial. Fue todo un año feliz de la vida y aparece la pandemia. En la pandemia ya no podían venir los ocho camarógrafos y productores desde Moscú a trabajar conmigo, esos programas los hicimos aquí en Florida, en Texas, Nueva York y en California. Ahí fue donde entrevisté a Isabel Allende divina y maravillosa, una mujer de izquierda. Me dio grandes consejos en la entrevista.

Yo pensaba que íbamos a hacer una serie de entrevistas con intelectuales de toda Latinoamérica. Tenía la ilusión, pero aparece la pandemia y se daña completamente el plan de los programas que íbamos a hacer. Luego, el año pasado, cuando Putin invade a Ucrania, que es obviamente un horror, algo miserable. Cuando esto ocurrió, en el mundo entero bloquean el canal RT, ya no se puede ver en ninguna parte. Solamente se puede ver en YouTube curiosamente, pero nada, todos los estudios que tenían ellos aquí en Miami, en Washington, en Nueva York, los cerraron y tuvieron que despedir a todo el mundo. Se acabó literalmente ese canal tan increíblemente poderoso.

Nosotros en el Ecuador estamos prontos a vivir unas elecciones para un llamado a consulta popular que hizo el presidente Guillermo Lasso. Una de las preguntas se relaciona con la extradición de los ecuatorianos que hayan cometido crímenes relacionados con la delincuencia o el crimen organizado. ¿Qué pasó en Colombia cuando permitieron la extradición de los narcos colombianos a los Estados Unidos cuando se crearon los extraditables, qué consecuencias violentas tuvo su país?

Bueno, fue Pablo el que fundó esos movimientos de lucha contra la extradición, como digo en mi libro, fue la cruz de él y la mía, porque se dedicó toda su vida a luchar contra la extradición para que no terminara en una cárcel de Estados Unidos. Obviamente luchó todo el tiempo contra eso, y por eso hizo esa guerra tan impresionante. Al final obligó a cambiar la constitución para que no hubiera extradición.

Yo en esa época ya lo había dejado. Yo vivía en Alemania. Estaba comprometida con un conde alemán, el amor de mi vida, y no tenía nada que ver con Pablo. Lo había dejado en seis años antes de su muerte, que fue en el 90. Obligó a cambiar la constitución. Y se reunieron todos los partidos, los indígenas, los de la guerrilla, la extrema derecha, los liberales, todos se juntaron para cambiar la constitución y eliminar la extradición, pero luego los narcos siguieron con el narcotráfico y la volvieron a poner otra vez, lo cual me parece maravilloso y me parece que hoy en día estoy de acuerdo en la extradición de narcotraficantes.