Gracias a Dios que Meghan no vendrá”, habría dicho la reina Isabel II de Inglaterra a sus asistentes dentro del Palacio de Buckingham mientras se preparaba para los servicios del funeral de su esposo, el príncipe Felipe, según revela el nuevo libro de Tom Bower: Revenge: Meghan, Harry and the War Between the Windsors, que saldrá a la venta este jueves 21 de julio a través de Amazon.

El fallecimiento del duque de Edimburgo ocurrió en abril del 2021, solo semanas después de la entrevista televisada que el príncipe Enrique y su esposa, la duquesa de Sussex, ofrecieron en exclusiva a la periodista Oprah Winfrey, en marzo de ese mismo año y que puso en disputa a la pareja con la familia real británica.

De acuerdo con el periodista y autor Tom Bower, el servicio conmemorativo fue un momento incómodo para Enrique, quien había renunciado a sus deberes reales y estaba en desacuerdo con su padre, el príncipe Carlos, y su hermano, el príncipe Guillermo. Pese a las tensiones entre ellos, el más joven de los hijos de Diana de Gales decidió volar a Reino Unido para asistir al funeral de su abuelo mientras que Markle permaneció en su hogar de Estados Unidos por orden médica, pues estaba esperando a su hija, Lilibeth Diana Mountbatten-Windsor.

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Markle, sin embargo, se ha esforzado por lucir cercana a la soberana británica para beneficiar a su propio status, explica la publicación de Bower.

Este año, por ejemplo, ella sí estuvo presente en las celebraciones por el Jubileo de la reina, aunque ni ella ni Enrique aparecieron en el balcón oficial junto a los otros miembros de la familia real.

“Carlos no estaba interesado en que los acompañaran en el balcón”, informa el libro. “Prefería que su hijo y su nuera se mantuvieran en las secciones VIP y tampoco pudieran viajar en el carruaje real”.

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La nueva publicación confirma además que Enrique y Meghan decidieron llamar a su hija Lilibet, un apodo de Isabel usado por su padre y su familia cercana, sin preguntarle previamente a la reina sobre el uso del nombre.