La vida de Kirstie Alley fue una montaña rusa de situaciones polémicas y de experiencias que le significaron cambios radicales que repercutieron en su apariencia. Y para una actriz, la imagen es una referencia que puede acabar con la carrera de cualquiera, situación que vivió en carne propia en sus últimos años de vida.

Reconocida por sus interpretaciones en la saga de la película “Mira quién habla”, su nombre volvió a sonar este 5 de diciembre, con la inesperada noticia de su fallecimiento a los 71 años, a causa del cáncer.

Su belleza atrajo millones de fans que elogiaban no solo su talento, sino las facciones que por años la hizo protagonizar junto a grandes estrellas de la pantalla grande, como el carismático John Travolta. Pero, su declive marcó un antes y después en su carrera, la cual nunca más volvió a ser la exitosa carrera que disfrutó en sus tiempos de juventud.

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Así lució Kirstie Alley al pesar más de 100 kilos alejada de las pantallas de cine

Casi cuatro décadas de trayectoria artística sumó Kirstie Alley en Hollywood y gracias a su participación en las producciones como “Star Trek II” y “Cheers”, su nombre se llenó de reconocimiento en la industria cinematográfica.

Pero, luego de unos años su nombre no se volvió a ver en las pantallas de cine y la actriz comenzó a sufrir de brutales cambios de apariencia que la dejaron irreconocible para muchos seguidores, que recordaban la belleza de la recordada Mollie, una contable que se queda embarazada de un hombre casado y luego entabla una amistad con un taxista, John Travolta.

La vida de Kirstie Alley fue otra luego de su separación y posterior divorcio de su segundo esposo, Parker Stevenson, en el año 1997.

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Según el diario El Mundo, a inicios de la década de los 2000, la artista vio mermados los contratos para grandes producciones, y cada vez era menos solicitada, al punto que solo le ofrecían papeles insignificantes que rechazaba.

El sobrepeso fue una de sus grandes batallas, y ya para el 2003, había ganado más de 40 kilos a su peso habitual, por lo que pronto no se supo más de la actriz, pero sí ganó titulares por su apariencia, llegando a lucir más de 100 kilos.

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Por ello, en el 2007, se supo que anunciaba la pérdida de esos kilos de más. Sin embargo, esa reducción no duró mucho, y a la vuelta de tres años, recuperó unos 38 kilos más.

En una entrevista Kirstie confesó su adicción por la comida: “siempre he comido compulsivamente y como un camionero”, dijo en una oportunidad. Fueron estos malos hábitos alimenticios los que le crearon el sobrepeso que nunca más logró perder de forma definitiva.

Las fotos de Kirstie en la prensa reflejaban a una mujer con muchos kilos, ropa desaliñada, caminando por las calles, luciendo irreconocible a la apariencia que tenía en el pasado.

En el 2004, comenzó a trabajar con la experta en fitness Jenny Craig con el objetivo de recobrar su vieja figura. De esa manera, y con mucho esfuerzo volvió a su peso. Pero el bajar y subir de peso, se convirtió en una constante, ya para el 2009, sumó los mismos kilogramos.

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“Cuando me subí a la báscula por primera vez en 15 meses empecé a gritar. Ponía 228 libras (103.4 kilos), que es mi peso más alto. ¡Era mucho más repugnante de lo que pensaba!”, dijo en ese entonces en una entrevista consciente de su lucha con el sobrepeso.

La siempre recordada actriz, no volvió a contar con una estilizada figura como la que tuvo en sus viejas películas, y nunca más regresó a la pantalla chica. (E)

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