Isabel II y Marilyn Monroe llegaron al mundo con pocos días de diferencia: 21 de abril y 1 de junio de 1926, respectivamente. Nacieron el mismo año, aunque sus vidas fueron completamente distintas, si bien estuvieron en el ojo público permanentemente.

La royal perteneció a la monarquía británica desde que nació, su infancia fue tranquila y cuando se convirtió en reina, se caracterizó por su fidelidad al recato y al protocolo real. Por el contrario, la actriz tuvo una vida complicada desde su niñez, incluso llegó a estar en hogares temporales, y en su adultez, fue todo un símbolo sexual.

Para cuando Isabel II ascendió al trono en 1953, Marilyn ya había participado en casi 20 producciones cinematográficas. El destino se encargó de poner frente a frente a estas leyendas.

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La monarca conoció a muchas personalidades en sus 70 años de reinado, desde Angelina Jolie, Paul McCartney, Elton John, Madonna, las Spice Girls, hasta Ava Gardner y Sophia Loren, pero fue en 1956 cuando le tendió la mano a la reina de Hollywood.

Por aquel entonces, la actriz se había hospedado durante semanas en Englefield Green, a pocos kilómetros del castillo de Windsor, por el rodaje de El príncipe y la corista, comedia en la que un príncipe se enamora de una estrella del cabaret, interpretada por Marilyn.

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Marilyn Monroe lució un escotado vestido.

En el libro When Marilyn met the Queen de Michelle Morgan se indica que Marilyn estaba fascinada con la monarca, al punto de que “su sueño era tomar el té en el Palacio de Buckingham e, incluso, su publicista Alan Arnold encontró el deseo en su lista de tareas diarias”.

La actriz nunca pudo tomar el té con Isabel II, aunque sí la conoció al final de su viaje, el 29 de octubre de 1956, cuando acudió al Royal Command Film Performance _ahora conocido como Royal Film Performance_, en el Empire Theatre en Leicester Square, Londres. Marilyn llamó a ese acto: ‘El espectáculo de la reina’.

En este evento se estrenan producciones cinematográficas importantes, el primero se realizó en 1946 y la familia real asiste para apoyar en la recaudación de fondos para la realización del evento y algunos programas de beneficencia.

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En la edición de 1956 se estrenó la cita The Battle of the River Plate, protagonizada por Peter Finch y Anthony Quayle. Marilyn no actuaba en la cinta, pero asistió como invitada de honor al lado de su tercer esposo, el dramaturgo Arthur Miller.

La diva se preparó durante horas para la jornada. Al bajarse de su auto, los flashes de las cámaras alumbraron su llegada, mientras los policías trataban de detener a la multitud que se apretujaba para ver a la estrella de Hollywood.

Una vez adentro, se unió al resto de actores que esperaban en una fila bien ordenada la llegada de la monarca. El resto del público, por su parte, se dirigió al auditorio, donde tomaron asiento y vieron el encuentro a través de la pantalla del cine.

Isabel II llegó a Leicester Square con su hermana, la princesa Margarita, y Lord Luis Mountbatten con su esposa. El príncipe Felipe, duque de Edimburgo, no asistió debido a que estaba en un viaje oficial de cuatro meses en el Royal Yacht Britannia.

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Marilyn Monroe saludó a Isabel II con una reverencia. Foto: Captura de pantalla

Esa noche la monarca lució un espectacular vestido negro con falda amplia y una tiara de diamantes y esmeraldas. Por su parte, la actriz llevó un escotado vestido confeccionado en lamé dorado, ceñido al cuerpo y con tirantes finos, que dejaban sus hombros y brazos a la vista.

Marilyn se ubicó a mitad de una larga fila para saludar a la reina. A veces, miraba hacia delante, esperando su turno y contando cuántas personas quedaban para su esperado encuentro.

El momento llegó. La monarca miró a la glamurosa actriz de arriba a abajo, en tanto que la estrella le hizo una perfecta reverencia, un gesto que Marilyn no estaba obligada a hacer, ya que no es británica, pero que Isabel II agradeció con una sonrisa.

En su breve conversación, las dos mujeres, entonces con 30 años de edad, hablaron sobre la anécdota de ser vecinas en Windsor, un lugar que era muy apreciado por la monarca. “Nos encanta”, dijo Marilyn. “Como tenemos un permiso especial, mi esposo y yo vamos a dar paseos en bicicleta en el gran parque”, agregó.

El histórico encuentro quedó inmortalizado en fotos y video, y ambas recordaron el momento en la posteridad.

Estas dos icónicas mujeres no volvieron a verse.

Marilyn murió el 4 de agosto de 1962, a los 36 años. Si con Isabel II compartió su año de nacimiento, con Diana de Gales coincidió en mes y edad de fallecimiento. (E)