Las temporadas 2 y 3 de la serie Smallville, que narraba las aventuras del joven Clark Kent / Kal-El / Superman (Tom Welling) tuvieron un componente especial. Trajeron de vuelta al que varias generaciones ven como el rostro más recordado del Hombre de Acero, Christopher Reeve.

Reeve fue, indudablemente la mayor estrella a la que la serie, acostumbrada a traer actores de películas y series anteriores, pudo invitar. Para ese entonces, ya estaba en silla de ruedas, con cuadraplejia, y dependiendo de un ventilador, a causa del accidente en un concurso de equitación que sufrió en 1995. Él se había iniciado en este deporte a los 33 años, y para 1989 ya estaba compitiendo como aficionado en eventos que incluían saltos a campo traviesa.

Los productores y el actor no se desanimaron por esto, y usaron todos sus recursos para crear al doctor Virgil Swann, un astrónomo millonario que descubrió el origen kriptoniano de Clark, y de hecho fue quien le dio al joven superhéroe la mayor cantidad de detalles sobre la destrucción de su planeta natal y el plan para enviarlo a la Tierra.

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Como privilegio extra, el Swann de Reeves fue también quien, en la serie, le dio a los fragmentos de meteoros el nombre de kriptonita. La colaboración terminó al morir el actor, en 2004; de lo contrario, era muy probable que hubiese regresado para la cuarta temporada.

Así es como lo recuerda uno de sus compañeros de set, el actor Michael Rosenbaum, conocido por ser Lex Luthor, el amigo y rival de Clark Kent en Smallvile. Rosenbaum compartió una fotografía en blanco y negro en su cuenta de Twitter. “Extrañando a este gran hombre”, escribió.

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Rosenbaum y Welling no han dejado morir la memoria de Superman, Smallville y Reeve. Juntos mantienen el podcast TalkVille, en el que discuten un episodio a la vez de la serie que protagonizaron juntos hace casi 20 años.

La Fundación Christopher & Dana Reeve y su trabajo por los pacientes de parálisis

“Muchos de nuestros sueños al principio parecen imposibles, luego improrables, y cuando reunimos la voluntad, se convierten en inevitables”, es la frase con que la Fundación Christopher Reeve honra a quien le dio nombre.

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Inicialmente, la entidad era conocida como la Asociación Americana para la Parálisis. Reeve la encontró cuando estaba empezando a ajustarse a su nueva vida. “En el Día de Acción de Gracias de 1995, fui a casa a pasar con mi familia. En la entrada, cuando vi nuestra casa, lloré. Dana me abrazó. En la mesa, cuando cada uno dijo por qué estábamos agradecidos, un Will (William Reeve) de 3 años dijo: Papá”.

La Fundación, que está dedicada a curar a los pacientes de lesión de la médula espinal, a la investigación médica y a mejorar la calidad de vida de las personas con parálisis y sus familias, resalta el liderazgo de Christopher y Dana Reeve. Bajo su guía, dicen, los programas de investigación se triplicaron y se expandieron hacia la aplicación clínica (pruebas y terapias prometedoras).

Matthew Reeve, Alexandra Reeve Givens y Will Reeve son parte de la junta directiva de la Fundación Christopher y Dana Reeve. Aquí, los tres hijos del actor en la gala anual de la organización, en Nueva York, 2009. Foto: El Universo

Reeves, además, luchó para aumentar los fondos para esta labor, y se presentó en el Congreso estadounidense como representante de los pacientes. Su esposa Dana estableció el programa Subsidio de Calidad de Vida para aquellos que enfrentan los desafíos de la discapacidad en la vida diaria.

Juntos fundaron el Centro de Recursos para la Parálisis, que provee información para todos los que quieran aprender sobre el tema, sea en estudios de avanzada, equipos, grupos de apoyo o preguntas sobre seguros médicos y trámites gubernamentales.

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En 1998, Reeves publicó su biografía Sigo siendo yo, uno de los libros más vendidos según la lista de The New York Times ese año. Por el audiolibro, el actor recibió en 1999 un premio Grammy al mejor álbum narrado. (E)