Olivia Newton John tuvo una gran fe que la sostuvo durante su lucha para el cáncer. Dios fue para ella el sostén que la contuvo durante los momentos más difíciles de su vida.

Tras su muerte, el pasado 8 de agosto, luego de batallar durante 30 años con el cáncer de mama, muchos relatos sobre su relación con Dios salieron a la luz pública.

Tal es el caso de la entrevista en el pódcast “A Life of Greatness” (Una vida de grandeza), donde la artista, junto a Sarah Grynberg, habló sobre el poder curativo del amor.

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Durante la conversación en íntimo, Olivia Newton John relató el pacto que hizo con Dios para salvar la vida de su hija Chloe Lattanzi, cuando aún la tenía en su vientre.

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El pacto de Olivia Newton John con Dios para salvar a su hija

Durante la entrevista, Olivia recordó que cuando estaba embarazada de Chloe estuvo a punto de perderla. “Me fui a dormir y le pedí a Dios que la salvara y, si lo hacía, rezaría el Padre Nuestro todas las noches por el resto de mi vida”.

Tras superar muchas dificultades, Chloe nació el 17 de enero de 1986 en Los Ángeles y ahora tiene 36 años. Olivia aseguró en esa entrevista que no dejó de cumplir su promesa ni un solo día.

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Olivia Newton John tenía la certeza de que “la oración es poderosa, tan poderosa como para salvar vidas”. En eso consiste el poder sanador que tiene el amor.

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La vida de Chloe Lattanzi, la hija de Olivia Newton John

Cuando nació su hija, fruto de su matrimonio con Matt Lattanzi, la intérprete decidió dejar a un lado su trabajo durante un par de años para criarla.

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Chloe le contó a la revista HOLA! que de niña jamás se dio cuenta de que madre era famosa y que escucho sus canciones cuando ya era adolescente.

Pero la vida de la hija de Olivia tuvo sus momentos oscuros. Sufrió anorexia y bulimia, además de una depresión severa ocasionada por su obsesión por tener un físico que fuera aparentemente perfecto.

Esa obsesión la llevó a someterse a diversas cirugías estéticas. Por si fuera poco, también tuvo adicciones a las drogas, al alcohol o a las bebidas energéticas. Incluso estuvo en centros de rehabilitación.

Durante todo ese tiempo su madre la apoyó y reconfortó con la fe que llevaba en su corazón. “Mi hija es fuerte. Está feliz y sana. Estoy muy orgullosa de ella”, expresó Olivia en 2016.

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(E)

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