Llegó a México con la ayuda de su papá, para recuperarse del agotamiento generado por la presión de los estudios universitarios. Necesitaba descansar, pero no podía. “Los maestros me decían que la gente exitosa no duerme más de tres horas” es una frase en la que la youtuber Chingu Amiga (Kim Sujin) resume la filosofía con la que vivió sus años como estudiante.

Budokan promete una experiencia asiática en su décimo aniversario; Chingu Amiga es la más esperada de la convención

En contraste con esa austeridad, Sujin se percibe en los videos como una persona altamente emocional, sociable y extrovertida, que no teme hablar con desconocidos, viajar y fotografiarse o grabar en público. Lo mismo participa en un concurso de baile callejero que compra en el mercado de pulgas para entretener a sus seguidores o llora en un video en el que habla de la salud mental.

Ahora, a más de su trabajo como vlogger, es profesora de coreano. Tiene un novio mexicano, que de vez en cuando participa en sus cortos cómicos o la acompaña cuando se arriesga a cocinar. Su graciosa apreciación por productos ‘de lujo’ como las frutas, los limones y los aguacates es parte del contenido que comparte, así como la serie de videos Cosa rara que pasa… (en México o en Corea). Habla español bastante fluido, pero con un acento marcado. Es consciente de eso, y lo utiliza a su favor para hacer reír a sus espectadores.

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Sube videos cada sábado. ¿Dónde verla? En YouTube (Chingu Amiga), TikTok (Soojinicoreana) e Instagram (@chinguamiga). La palabra coreana ching-gu describe una amistad cercana.

Hablando de amistades, Sujin tiene múltiples colaboraciones con otros creadores de contenido audiovisual, coreanos y latinoamericanos. Tal vez la más destacada es la dupla que ha logrado con el mexicano Christian Burgos, quien reside y trabaja en Corea del Sur, en la industria del entretenimiento. Juntos publican regularmente videos en el que contrastan ambas sociedades, la asiática y la latina, en la serie bautizada Chingones tóxicos. Y cuando está en su país, Sujin no duda en hacer videos especiales con grupos de K-pop.

@wooah_nv

practica de #Catch_the_Stars con @soojinicoreana unnie 😊🏹🌟#wooah #chinguamiga

♬ Catch the Stars - woo!ah!

Sujin, de 31 años, explica que aún tiene muchos choques culturales, pero dice que al final de cuentas, México ha resultado beneficioso para su salud y su carrera como youtuber, tiktoker, instagrammer y ahora como personalidad en las convenciones como el Budokan, donde se presentará este sábado 1 de octubre, a las 19:00, en el Palacio de Cristal de Guayaquil. Además, tendrá un espacio de meet and greet con sus fanes.

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La entrada al Budokan tiene un costo de $ 10 por día; se encuentran a la venta en Meet2go, Geek Store, Taisuki Taiyaki y las tiendas de Advance. Los meet & greet con los diferentes invitados manejan un costo específico. La jornada de actividades va desde las 11:00 hasta las 20:00. El programa completo se puede revisar en la cuenta de Instagram @budokanec.

¿Por qué llegó Chingu Amiga a Latinoamérica? Un viaje para sanar

En un video de 2021 (La verdadera razón por la que no quiero regresar a Corea, con casi 9 millones de visualizaciones), Kim Sujin habló sobre su temor de volver a su país, y también abrió sus apuntes de esos años, en los que escribía frases motivacionales como “Si quieres un futuro exitoso, no puedes disfrutar hoy”, “Corta con los amigos que no te sirven”, “Si eres fea, al menos tienes que estudiar”, “Si no puedes ni estudiar bien, entonces qué puedes hacer”.

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Al entrar en la universidad, pensó que lo más difícil había pasado, pero no. El siguiente reto era destacar por sobre los demás para conseguir empleo en una empresa prestigiosa. “Así tengo que vivir siempre”, pensó. Y entonces conoció a los primeros amigos latinoamericanos, de los que dice que aprendió varias cosas: divertirse sin pensar si le traerá algún beneficio, descansar el fin de semana sin sentirse culpable, valorar su propio bienestar. “Aprendí a valorarme a mí misma”.

Foto: Sáshenka Gutiérrez

El primer país al que llegó fue Brasil, y de allí continuó viajando por toda Latinoamérica durante un año. “No sé cómo explicarlo. Yo vivía en un vaso, salí y descubrí todas las otras maneras en que podía vivir”.

Al volver a casa se reencontró con la presión de la universidad. “Un día estaba estudiando, fui a comer, y al hacer así (llevar la comida a la boca), ya no pude respirar y me dormí”. Al día siguiente, al ir caminando, se quedó sin energía y tuvo que sentarse en el suelo. “Así aguanté una semana. Era más importante el examen que cuidar mi cuerpo”. Finalmente, no pudo levantarse de la cama. Estuvo hospitalizada, cuenta, sin poder comer, caminar ni dormir. Era el síndrome de Burnout (agotamiento mental). Solo mejoró cuando su familia le aseguró que no necesitaba volver a la universidad y que podía descansar un tiempo. En ese año pudo sanar y hacer cosas hasta entonces impensables, como ver a sus amigas, salir, ver televisión. Al sentirse curada, intentó retomar la universidad, pero los síntomas volvieron. “Ahí mi papá compró un boleto. ‘Su, creo que tienes que salir de aquí’”. Era un pasaje de avión para México, donde Kim vive hasta ahora, y donde despegó su carrera.

Temporalmente trabajó en una empresa coreana, pero se dio cuenta de que la cultura organizacional seguía siendo la misma que en su tierra, y renunció para dedicarles la mayor parte de su tiempo a sus videos y a la enseñanza. Ahora vuela a su país cada cierto tiempo, para visitar a su familia o hacer alguna colaboración. Y también sigue viajando por Latinoamérica. (E)

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