Cervecería Nacional lanzó su cerveza peruana Cusqueña y, para hacerlo, escogió un menú de degustación en un buen restaurante peruano: Embarcadero 41, en Plaza Lagos.

Todo el menú estuvo maridado por Cusqueña Lager. Esperemos que en un futuro cercano también estén en el mercado la negra, la de trigo y la roja, que son muy buenas.

Esta es una excelente cerveza. A mi juicio, un poquito más pesada que una lager típica y, por lo tanto, con más carácter. Quizá con algo más de lúpulo, de notas dulces y penetrante sabor a malta, tostada.

El primer plato fue un ceviche carretillero. De los más interesantes de la noche. Con diferentes texturas. El chicharrón de calamar destacaba por su técnica, acompañado por atún en cubos, leche de tigre al rocoto, chulpi y camote glaseado. Fresco, palatable.

De segundo, la infaltable causa. Es el plato peruano que menos llama mi atención, aunque sea un clásico. Consistía en un cóctel de camarón montado sobre puré de papa, con toques de pisco que eran imperceptibles, acompañado de aguacate, cebollín encurtido y huevos de codorniz en un punto perfecto.

Anticuchos de lomo fino. Foto: Gourman.

Los anticuchos de lomo fino estaban de película. Trozos de lomo muy suave, de gran calidad, en salsa anticuchera a la parrilla, papas, con salsa criolla.

Creíamos terminar con un salmón sobre salsa de ocopa al grill, con vegetales y choclo. La ocopa es una salsa peruana muy especiada, con huacatay, una hierba andina sumamente aromática. Sin embargo, aún faltaba el risotto de zapallo con panceta crujiente, cocinado 24 horas. Gran plato para finalizar la cena. Todos con sabores sutiles, bien balanceados. La cremosidad del risotto, su toque dulce, con la panceta muy crujiente, y su salsa fue algo bien pensado y ejecutado.

En los últimos años, Cervecería Nacional se ha vuelto una compañía con una mucho mejor lectura de su mercado. Ha introducido nuevas marcas, algunas solo temporalmente, dejando otras permanentemente, las que han ampliado la paleta de sabores, notas y tonos, haciendo del placer de tomar cerveza algo más enriquecedor.

Su trabajo con campesinos, así como con pequeños cerveceros artesanales y restaurantes, es algo muy bien pensado que genera valor y dinamismo en el mercado.

Como consumidor, aún me están debiendo dentro de su oferta permanente una IPA y una Porter o Brown Ale.

El lanzamiento de Cusqueña fue divertido, pues lo hicieron con una experiencia, en un ambiente informal, fluido, en medio de una buena degustación, ideal para una excelente cerveza.