Soy una persona a la que le gusta variar. Es poco usual que repita plato en un restaurante e incluso no es frecuente que repita un restaurante. Sin embargo, una de las excepciones es la sopa Tom Kha Gai. Cuando la encuentro en el menú de un restaurante tailandés es muy difícil que no la pida. Particularmente me parece una genialidad, puesto que es el equilibrio perfecto entre lo dulce, picante y agrio. Ninguno de los tres sabores se sobrepone u opaca al otro, sino más bien se traslapan ligeramente para lograr una amalgama que explota en boca. Es además poco usual encontrarla en nuestro país, al menos bien hecha, ya que para que esté perfecta, se debe usar galanga y lima kafir, ingredientes que no llegan a Ecuador, aunque se pueden remplazar por lima y jengibre. Sus ingredientes son leche de coco, hojas de lima kafir, galanga, hierba luisa, cebollín, ajo, una pizca de cilantro, fondo de pescado y pollo, zumo de lima, aceite y azúcar.

La del Mali Thai es la mejor que he probado en Ecuador. Bastante cercana a la que usted podría probar en Bangkok.

El restaurante Mali Thai en Olón, en un sitio al que vale la pena ir. Sobre todo en la noche. Como no, si el oriente tiene cierta magia en la noche. La decoración se presta para la iluminación que utilizan, dándole un ambiente de libertad, rusticidad e informalidad, pero con cuidado en los detalles.

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Luego pedimos los famosos fideos Pad Thai. Nuevamente los mejores que hemos comido en Ecuador. Este plato consiste en una pasta de arroz gruesa, salteando con vegetales, coco, maní y salsa de tamarindo. La gastronomía tailandesa obliga a usar todas las papilas gustativas, famosa por la mezcla de sabores utilizando contraste. El tamarindo es clave para eso.

Seguimos con el rollo en hoja de papel de arroz. Son vegetales envueltos y totalmente cubiertos por un rollo fino y muy delicado de arroz. Este es un plato por demás simple, siendo su encanto la frescura de los vegetales y su combinación, lo delicado de la masa de arroz y su salsa.

Parte de su menú tiene como especialidad rollos Nikkei, de propia creación. El Roll Spicy Buddha nos causó una grata sorpresa. De pesca blanca, piña asada, aguacate, con cebollín, mouse picante de camarón, coronado con wakame y salsa de soya. El trozo de pesca blanca, abundante y fresquísimo. La mezcla del rollo, aunque agresiva por la piña, resultó totalmente coherente en boca, quizá por haberla asado. Mali Thai fue de primera en relación precio-calidad. Comimos por menos de $ 50, tres personas, con cerveza, platos de gran calidad. Recomendado. (O)