Finaliza el 2022, momentos que solemos reflexionar y evaluar nuestras acciones y el acontecer del año.

¿Cómo ha sido el 2022 para el sector gastronómico de Guayaquil? En números, según cifras del Ministerio de Economía, aún recuperándose, 10% por debajo del año base, el 2019. Según los gremios que representan el sector, la cifra es del 15%. Una buena medida para corroborar esto es la Feria Raíces, con mucho el evento gastronómico más importante del país, que representa todos los segmentos del sector, la cual creciendo de forma importante frente al 2021, resultó aún mucho más pequeña que en relación al 2019.

¿Y en calidad? El hecho más relevante puede ser la entrada a la lista World 50 Best Latin America, entre los 100 más importantes, de Mikka (97) y de El Restaurante del Hotel del Parque, Casa Julián (78). Pese a esta buena noticia, merecida, por cierto, la sensación general es que la cocina en Guayaquil, perdió momentum, la pujanza que traía desde el año 2010.

Publicidad

La actividad, los eventos, festivales con chefs internacionales, degustaciones, apariciones de nuevas propuestas, entre otros, se redujeron casi a su máxima expresión. A duras penas podría mencionarse la explosión de locales de hamburguesas de autor.

En el recuento debemos anotar los grandes ausentes, aquellas grandes cocinas del mundo que o no están representadas, o lo están en escaso número en la ciudad, como La Francesa, tailandesa y del sur del pacífico asiático, la mediterránea, yendo más allá de España, como Grecia, Turquía y Marruecos; La Japonesa, gastronomía que va más allá del sushi y está alejada de queso crema. Tai Suki hizo un buen intento, pero el mercado no respondió; Y la India, con un solo exponente.

En cuanto a la oferta existente, es importante destacar lo que a mi juicio es excelencia gastronómica, cada uno en su tipo.

Publicidad

Mikka y Zeru, a mi criterio, sin duda ni competidor cercano, tienen la más alta gastronomía de la ciudad, basado en cuatro criterios: creatividad, técnica, calidad de materia prima y experiencia general, aunque los precios de Zeru están muy por encima de lo que creería deseable.

Marrecife, en otra categoría, más apegado a las raíces de la cocina ecuatoriana, es un restaurante que ha logrado gran nivel, similar caso de Balandra.

Publicidad

El evento gastronómico organizado por restaurante, más importante del año, fue el menú de degustación del francés Davy Tisot, ganador del Bocuse D´Or, en el Bankers Club. El restaurante abierto este año, que más ha llamado mi atención, por su excelente relación precio calidad, ha sido Sfoglia.

El 2022 es un año del que no tenemos mucho que decir, el cual no colaboró a zanjar la brecha gastronómica entre nuestra ciudad y la capital, que se había cerrado mucho en la última década. (O)