Pasamos por la ciudad de Manta y probamos El Faro, el restaurante del hotel Balandra, donde una joven cocinera de Rocafuerte, Cynthia Loor Cedeño, busca innvovar la típica cocina manabita sin perder sus raíces. Ubicado en la terraza de un segundo piso, se puede disfrutar de la vista a la playa y del aire de mar. La carta tiene muchos platos internacionales: pastas, carnes..., pero un importante componente se trata de cocina tradicional sobre la cual la chef experimenta. Han iniciado este proceso con muchas ideas en carpeta.

De entremés: una empanada de verde rellena de longaniza picada, con un ají de beterava en vinagre de banano.

Luego nos sirvieron uno de los dos platos estrella del lugar: un ceviche de pulpo con leche de coco, jengibre y sal prieta. De sabor redondo, balanceado, lo cual no es fácil con ingredientes tan potentes como el limón y el jengibre. Sin embargo, el balance era perfecto, refrescante, con un largo retrogusto en boca.

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Luego, un picante de yuca y atún. Atún crudo, a modo de tartar, marinado con pico de gallo y trozos de yuca cocinados perfectamente, con vegetales y culantro. Sabor criollo con clase.

Los dos platos fueron servidos en el típico mate manabita: la cáscara endurecida, a modo de cuenco, de un árbol de la zona.

Luego, un chowder de murico. El chowder bien hecho, espeso, palatable. El murico es un pez pequeño de carne blanca, cuyo hábitat son los fondos rocosos, donde se alimenta de crustáceos. Una delicia.

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Vino el segundo plato estrella del menú: la cazuela de mariscos marinados y salteados con licor de café, nuevamente con la combinación de leche de coco y un ligerísimo punto de jengibre. Fantástica mezcla con el verde y maní. Esta salsa la logran con un toque de leche y coco muy maduro, licuado.

Bunque manabita.

Finalmente: lomo y lasaña de maduro con queso parmesano en lascas. El maduro es tratado con miel de panela; y el lomo, en salsa demi-glace y aceite de mandarina, marinado con aguardiente de caña, con una guarnición de ajo negro y cebolla caramelizada. Un plato muy bien trabajado, con técnica e innovación, bien concebido.

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El postre fue un helado hecho en casa, con chocolate Cárdenas al 72 %, con panko y avellanas molidas.

El restaurante El Faro del hotel Balandra ofrece una buena experiencia de cocina manabita con toques innovadores.